martes, 11 de marzo de 2014

TEMAS PARA LA DISCUSIÓN Y LA REFLEXIÓN: Conflicto


¿QUÉ HACER EN LA ESCUELA ES LOS MOMENTOS DE CONFLICTO SOCIAL?


n la sociedad hay conflictos. La escuela es un reflejo de la sociedad, pluricultural, y como reflejo microsocial  cuya finalidad es preparar al alumno para esa sociedad “amplia y vasta” debe aceptar que en los centros educativos existan y coexistan los conflicto.  


Todos los conflictos pueden tener consecuencias positivas o negativas para las personas; pueden ser de carácter destructivos para cada individuo y para sus relaciones presentes y futuras o, por otro lado, pueden generar un gran número de oportunidades que fomentarán y desarrollarán la evolución personal de cada uno de nosotros.

El conflicto, como proceso que es, tiene un desarrollo una evolución y un desenlace; son fenómenos naturales, no son malos en sí mismos, no son positivos ni negativos, todo depende de la manera de afrontarlos, formando parte de la vida de todos nosotros, surgen en todas las personas y relaciones sean ordenadas o desordenadas.

A través de ellos, si los tratamos correctamente, logramos aprender, avanzar y desarrollarnos, ya que los conflictos son necesarios para generar cambios, puesto que están relacionados con dichos cambios, que serán más o menos duraderos dependiendo de las características de cada individuo, de sus motivaciones, respuestas, deseos, necesidades, etc.

Por ello, si pensamos en el término conflicto y en su significado, seguramente obtendríamos una connotación negativa, pensaríamos en hostilidad, problema, lucha, rivalidad, deterioro, estorbo, dificultad para crear y desarrollar nuestro bienestar social, familiar y personal: por lo tanto, sería un elemento a suprimir, omitir, eliminar, rechazar, desechar y evitar.

En todas las culturas, a lo largo de los siglos, en todos los ámbitos de nuestra vida, han existido los conflictos; éstos forman y formarán constantemente, parte de nosotros, están presentes en todas las relaciones humanas: los conflictos no son evitables, lo que sí podemos evitar es que lleguen a producir unos efectos o consecuencias negativas para cada individuo o para el colectivo en general. Para ello, debemos aprender a aprovecharlos; si abordamos los conflictos correctamente, no a través de la violencia, sino de escuchar, el diálogo, el respeto mutuo, la negociación de todas aquellas acciones encaminadas a luchar contra el conflicto y no contra la persona, lograremos un resultado positivo de los mismos, un crecimiento y enriquecimiento personal o colectivo.

¿QUÉ SE ENTIENDE POR CONFLICTO?

Existen muchas formas y definiciones para referirse al término conflicto. 

Encontramos deficiones como:

   • “Los conflictos son un hecho natural de la vida. No son ni positivos ni negativos, sino que depende de cómo respondamos ante ellos” (C. Boqué, 2002).


    • “Diferencia de intereses u opiniones entre una o más partes sobre determinada situación o tema. Involucra pensamiento y acción de los involucrados” (Esteban Núñez).


    • “Dos partes están en conflicto cuando al menos una de ellas experimenta frustración ante la obstrucción o irritación causada por la otra parte” (Van de Vliert, 1984).


    • “El conflicto ocurre cuando individuos o grupos no obtienen lo que necesitan o quieren, buscando su interés propio” (Dra. Laura Trinidad Olivero).


    • “Proceso que se origina cuando una persona percibe que otra u otras personas han frustrado o están a punto de frustrar sus objetivos o intereses” (Thomas, 1976).


    • “Discrepancias entre dos o más partes” (Cross, Names y Beek, 1979).


    • “Divergencia percibida de intereses, o una creencia de que las aspiraciones actuales de las partes no pueden ser alcanzadas simultáneamente” (Ramón Alzate, 1998).


Todas estas definiciones poseen puntos en común, en todas se habla de: pelea, obstáculos, intereses, deseos, frustración, creencias, necesidades, diferencias, etc.

Así podemos decir que, el conflicto surge cuando individuos o grupos de personas relacionadas entre sí aprecian que sus metas y objetivos son diferentes u opuestos.


Un conflicto es una confrontación entre dos o más sujetos cuyas ideas, necesidades, opiniones, deseos, posiciones o intereses no son compatibles o son percibidos como incompatibles. Por ello, en todos los conflictos tienen un papel fundamental las emociones, los sentimientos, las experiencias pasadas y, la relación entre los miembros que hacen que persista el conflicto, ya que esta relación puede deteriorarse, romperse o afianzarse.     


A menudo, los términos disputa y conflicto se utilizan indistintamente, sin embargo no son sinónimos. Las primeras son abiertas y públicas, mientras que el conflicto no tiene porque ser público, sino que, generalmente, es privado, oculto. El objetivo de la mediación es llegar a un acuerdo por consenso entre las partes que disputan, lo que probablemente les lleve a solucionar sus conflictos.

Los tres componentes fundamentales que hemos de distinguir en todo conflicto
son:


1. Elementos sustantivos: hacen referencia a los INTERESES, es lo que hay en juego, son los motivos, las razones por las que queremos lograr algo, las aspiraciones, el hecho desencadenante, los deseos, el centro de la disputa, su objeto. A veces, aunque se tengan los mismos intereses se persiguen distintos objetivos.

Estos componentes sustantivos pueden ser: opuestos, compatibles y comunes.


    • Opuestos: describen a los elementos que son contrarios, es decir, la satisfacción de una/s parte/s conlleva la insatisfacción de la/s otra/s.
   • Compatibles: estos componentes pueden estar relacionados, no se encuentran enfrentados; pueden ser diferentes pero no opuestos.
    • Comunes: consisten en aquellos factores que son coincidentes.


Es fundamental, para resolver los conflictos apropiadamente, el detectar y localizar los intereses de cada una de las partes implicadas en el problema, para ello debemos practicar una buena escucha, es decir:

• Centrarnos en la comunicación no verbal.
• No emitir juicios negativos.
• Tono de voz adecuado.
• Clarificar, realizar comentarios o preguntas acerca del tema.
• Mantener un espacio adecuado entre ambas partes.
• Utilizar preguntas abiertas y circulares.
• Mirar a los ojos, sin mantener la mirada.
• Utilizar gestos de asentimiento.
• Evitar ordenar, mandar, ironizar
• Mostrar una expresión facial de atención
• No descalificar a la otra parte o ser sarcástico.
• No interrumpir ni pensar por adelantado lo que va a decir el otro.
• No fingir que se ha comprendido lo que ha dicho la otra persona si no es así.


2. Elementos subjetivos: las NECESIDADES y las CREENCIAS, percepciones, significados del conflicto, participación, capacidades, etc.


   – Necesidades: aquí hablaríamos de peticiones, pretensiones, demandas que desea satisfacer una persona. Son la carencia de algo.


Maslow clasifica estas necesidades en dos grupos (primarias y secundarias) y en cinco subgrupos (fisiológicas, de seguridad, sociales o de pertenencia, de reconocimiento o estima, de logro o autorrealización), distribuidas en una pirámide, en cuya base se encuentran las necesidades más básicas y vitales, y que una vez el individuo las considere cubiertas y satisfechas ascendería en dicha pirámide.


– Creencias: hacen referencia al conjunto de ideas que se tienen respecto a las relaciones, la familia, el trabajo, la sociedad, etc. Podemos decir que toda creencia es una inclinación de cada persona a actuar. Las creencias surgen de la interacción de la familia, sociedad, escuela, trabajo,...


Desde que nacemos vamos aprendiendo e interiorizando la manera de resolver situaciones, de relacionarnos... todas estas experiencias proporcionan nuestra particular forma de ver el mundo y de movernos en él, es decir, configuran nuestras creencias. Cada uno de nosotros poseemos unas creencias concretas y diferentes, que si no coinciden con las de los demás y no tienen en cuenta sus necesidades, se convierten en fuente de conflictos, conflictos que evitaríamos o reduciríamos si las partes fuesen mínimamente tolerantes.



3. Elementos interactivos: las POSICIONES, es el relato de cada una de las partes implicadas en el conflicto, la comunicación de sus deseos, metas, objetivos o pretensiones, la relación entre los protagonistas del conflicto, la evolución del conflicto, el entorno. Por medio de las posiciones el individuo desea conseguir sus intereses, realiza sus peticiones concretas, por ello, siempre detrás de las posiciones hay uno o varios intereses.
    

Los componentes que se acaban de describir se pueden clasificar en dos grandes grupos:

         - Elementos tangibles, visibles: son los componentes que sobresalen en los conflictos, los que son fáciles de percibir. Hace referencia a lo que queremos y deseamos.


        - Elementos intangibles, no visibles: son los elementos impalpables, imperceptibles e inmateriales. Hacen referencia a los sentimientos, a las emociones, a las creencias; son subjetivos y, por ello, no se expresan con facilidad.


Generalmente, estos dos elementos suelen ir unidos y, cuando un individuo solicita expresamente su deseo, este está ligado a unas creencias y sentimientos que no son comunicados. Por ello, es mucho más sencillo negociar los componentes tangibles que los no visibles, los subjetivos.
 



Es habitual recaer en el discurso del desinterés educativo de las familias, la des-educación de la televisión, la postmodernidad de la era de la digitalización; en definitiva, todos acaban teniendo la culpa, pero, ¿por qué hay que buscar culpables?

 

ESTRUCTURA DEL CONFLICTO

 Todo conflicto se encuentra compuesto por tres elementos básicos en su estructura, distribuidos de la siguiente manera:


    1. Personas o actores: individuos o grupos implicados en un conflicto; ¿quién o quienes originan el problema? Todo conflicto consta de dos partes. Estas personas hacen referencia al contexto social, a todos los individuos que están involucrados en el conflicto, y que en este momento se encuentran en oposición.

 
    2. Proceso: es el contexto físico, el dónde, el cuándo ocurre el desarrollo de la relación y el punto en que aumentaron las tensiones. El proceso es el transcurso, la historia del conflicto, la manera en que se desarrolla y cómo se intenta resolver.

 
    3. Problema: nos encontramos ahora ante los intereses y necesidades de las partes en conflicto. Es necesario tomar en cuenta los intereses y necesidades de cada miembro; no sólo las diferencias que les separan, sino también las diferencias de cada
uno en el abordaje del problema. Ahora es el momento de realizar un análisis profundo del problema para poder discernir la parte principal, central del problema y sus aspectos secundarios.

 

  ETAPAS DE UN CONFLICTO

Es fundamental tener conocimiento de las fases del conflicto para poder determinar en qué momento se encuentra el problema para afrontarlo correctamente.

  • Desacuerdo: son los antecedentes del problema. Aquí situamos el comienzo del conflicto, en este momento intervienen las distintas variables para que el conflicto surja, aún podemos prever y anticiparnos al conflicto.
  • Detonante: es la chispa, el momento en que estalla el conflicto. Nos referimos al acontecimiento en particular, específico, concreto que lo origina. Se refieren a aquel acontecimiento que desarrolló y aumentó las tensiones.

  •  Evolución: Todo lo que rodea al detonante, las circunstancias y detalles del mismo. En este momento se involucra a más miembros, complicando el problema.

  •   Desenlace: se produce la ruptura del diálogo seguida de un elevado nivel de tensión.
   
   TIPOS DE CONFLICTOS
Existen tantas tipologías del conflicto como causas del mismo. 
Para Defensor (2000) y Martín, Rodríguez y Marchesi (2003), existen seis tipos de conflictos en las aulas:

    1. La disrupción. El ruido continuado dentro del aula, risas, carcajadas, interrupciones continuadas y reiteradas, retar al profesorado..., son distintas maneras de disrupción en el aula. Es difícil llegar a un acuerdo sobre el grado de gravedad de este conflicto, ya que una misma conducta no es percibida de la misma manera por docentes que por estudiantes.
Este tipo de conflicto se relaciona con el fracaso escolar, ya que las interrupciones reiteradas conllevan una pérdida de tiempo que obstaculiza y entorpece el ritmo de un buen aprendizaje. También supone un deterioro en las relaciones entre el profesorado, el alumnado y ambos, generando absentismo escolar o indiferencia hacia la escuela, docentes y compañeros/as.

    2. El absentismo debido a las malas relaciones entre el alumnado y el profesorado y a la pérdida del sentido de la labor escolar.

    3. Las agresiones de estudiantes al profesorado, a través de faltas de respeto, amenazas, agresión física tanto indirecta, como directa. La frecuencia de estas agresiones suele descender cuanto más grave es la agresión. Este tipo de agresiones producen elevado grado de alarma social siendo una de las más difíciles de solucionar, sobre todo a través de la mediación.

    4. Las agresiones del profesorado al alumnado. Lejos de generar un comportamiento prosocial en sus alumnos/as algunos/as docentes muestran una conducta totalmente inapropiada e indeseable.

    5. El vandalismo, hace referencia a toda conducta antisocial contra el centro escolar. Las razones de mostrar algún tipo de estos comportamientos son variadas, desde los problemas de relación con compañeros/as o con el profesorado, pasando por el rechazo, odio generalizado contra el sistema escolar, hasta causas que tienen que ver con problemas personales de cada individuo.

    6. El maltrato entre iguales por abuso de poder, es el maltrato entre iguales, también conocido como abuso, acoso, bullying .Existen multitud de maneras de llevar a cabo acoso o abuso entre escolares: por medio de la exclusión social, la agresión física , la agresión verbal las amenazas y el acoso sexual.

Después tenemos otro discurso muy recurrente, que es la asimilación de nuevos roles por parte del profesorado, y es cierto que ya no sólo debemos dedicarnos a enseñar, debemos ser estrategas, managers del grupo clase, mediadores, enfermeros, dietistas, higienistas bucales, terapeutas, y todo aquello que haga falta. La escuela es un medio de cambio social a largo plazo, y todas aquellas cosas que se deben mejorar acaban finalizando en la escuela, el docente, como único exponente de ese ámbito es el que debe asumir cada uno de los nuevos roles que la sociedad ve deficitarios en ella misma.


   FASES EN LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

   Después de detectar el conflicto, de percibir que algo no funciona bien a través de comportamientos físicos o/y verbales, se lleva a cabo la primera fase.

1. EVALUACIÓN.
   El primer paso consiste en hacer un diagnóstico, para analizarlo lo más objetivamente posible. Se deberá realizar una profunda exploración de la percepción personal de cada parte ante esta crisis o problema, definiéndolo lo más claramente posible, para poder otorgarle un nivel de importancia adecuado. Así mismo, a la vez
que se analizan y se concretan los objetivos reales de cada una de las partes se deben conocer sus capacidades para conseguir dichos intereses, capacidades para imponerse a los otros, para hacer que los demás cedan. Debemos conocer, igualmente, el entorno, analizar las características del ambiente en el que nace, se
desarrolla, y se mantiene el conflicto: experiencias, comunicación, espacio, relaciones, etc.
Tendremos que indagar en cada uno de los sujetos para conocer sus características personales, cualidades y defectos. Esto se logrará a través de un adecuado diálogo y de un correcto nivel de comunicación. Para comprender el conflicto, es imprescindible aprender a mirarlo objetivamente, que las primeras impresiones, no afecten en nuestra observación que no nos influyan.

2. ACEPTACIÓN.
     Una vez analizado el conflicto debemos aceptarlo como un problema relevante e importante que hay que resolver, no rechazarlo o ignorarlo.

 Tenemos que tener en cuenta que existen diversas percepciones en cada uno de los miembros y estas percepciones pueden coincidir con la realidad o no, pero cada uno de los individuos que las expresan, sí las consideran reales. También debemos tener en cuenta el grado de autocontrol, el nivel de autoestima y de frustración de las partes.
Es el momento de afrontar los conflictos y no de evitarlos.

3. ACTITUD.
   Debemos hacer un reconocimiento positivo de la otra parte, con sus propias posiciones, intereses, necesidades, opiniones, deseos y creencias.
4. ACCIÓN.
   Es el momento de actuar, de poner en marcha todas las habilidades para modificar esta situación que perturba a cada individuo. Ahora existe la obligación de prestar igual nivel de atención y preocupación a cada miembro que interviene en el problema.

Lo más importante en esta etapa es parar el ascenso del conflicto y detener todos aquellos comportamientos negativos en ambas partes.
  5. ANÁLISIS.
    Examinar detenidamente todas las modificaciones en la situación conflictiva, en las opiniones de las partes, sus intereses, sus recursos, es decir todo lo que ocurre. Para poder prevenir ambientes negativos que no favorezcan el proceso de resolución del
problema.
Analizar los efectos de las modificaciones realizadas, tanto a corto, como a medio y largo plazo, y observar los cambios en las conductas de todos.
Del mismo modo que existe varias maneras de gestionar los conflictos también existen diferentes clasificaciones en sus fases para afrontarlos y resolverlos.

Dependiendo de la situación, del problema, del número de involucrados, del momento,... puede ser más adecuado seguir una línea u otra.

Pero ¿cuál es la realidad de las aulas? En las aulas tenemos conflictos, y debemos solucionarlos, y lo que es más importante, debemos dotar al alumnado de estrategias para resolverlos por ellos mismos.


    ¿CÓMO MANEJAR LOS CONFLICTOS EN EL AULA?

   Los conflictos en el aula los debemos de tratar igual que fuera de ella, abordándolos de la misma manera que si fuese en otro ámbito. 
Así los pasos a seguir serían:

   a). Reconocer con la mayor claridad y objetividad posible el problema y su origen.
   b). Clasificar qué problemas son de indisciplina y cuáles derivados de los comportamientos disruptivos.
    c). Debemos ubicarnos y centrarnos en los sucesos y no en los individuos.
    d). Antes de evaluar soluciones, debemos conocer las causas.
    e). Dar a conocer a las partes que nuestro objetivo se basa en los intereses de ambos.

    Cualquier problema en las aulas tiene dos alternativas de presentación:

    1) Abierta, aquí los problemas se muestran visiblemente, son abiertos, por ejemplo: una amenaza a la otra parte, un insulto, una bofetada, etc. La ventaja de este tipo de conflictos es que nos deja ver quiénes son los protagonistas también permite identificar la causa de la disputa.

    2) Cerrada; no se puede detectar con tanta facilidad la causa del conflicto y los individuos que intervienen. La causa se oculta tras un ambiente de tensión y nerviosismo. Al no presentarse visiblemente el problema, no puede tratarse, y el conflicto sigue latente y aumentando, por lo que, cuando éste se declare, será de
manera mucho más destructiva que en el caso anterior.
    Ante un conflicto de estas características el/la docente deberá:
    • Localizar todas las razones de por qué los problemas no salen a la luz.
    • Involucrarse en todo momento y no mantenerse impasible.
    • Tener claro que el buen diálogo es el primer paso para solucionar los conflictos.

    Para Harris (2000), el abordaje de estos conflictos por la escuela puede seguir tres posturas de afrontamiento:

    – Peacekeeping: los conflictos y problemas en comunidad educativa se deben ha un grupo reducido de individuos, que hay que controlar y con los que hay que iniciar las negociaciones de manera estricta.

    – Peacemaking (pacificación): su objetivo es la prevención de la violencia y la conflictividad. Para ello, se le da al alumnado la oportunidad de adquirir las estrategias necesarias para hacer frente a las situaciones conflictivas por medio de la enseñanza en valores, solución de problemas, habilidades sociales, prevención, negociación, etc.

   – Peacebuilding: su objetivo está en la implicación de todos los miembros pertenecientes a la comunidad escolar en la elaboración de unas relaciones interpersonales no violentas y pacíficas, basadas en los conceptos de calma y armonía.
Uno de los obstáculos que nos podemos encontrar en una mediación escolar es la dificultad para que las partes tomen decisiones. Aunque existan multitud de ideas, a los miembros en conflicto les cuesta llegar a un acuerdo, perdiéndose en discusiones triviales. En este caso podemos optar por algún procedimiento para facilitar el cambio de conducta, por ejemplo, firmar un contrato de compromiso, por parte del alumnado, en el que se exponga la obligación de restaurar su conducta.
Lo primero que debemos conseguir es identificar los problemas que tenemos en el aula, muchas veces compañeros nuestros, nosotros mismos, nos enfrentamos a situaciones no identificadas, y proponemos soluciones que evidentemente fracasan. También corremos el riesgo de centrarnos exclusivamente en “etiquetar” los conflictos escolares, de forma que cuando llegamos a las soluciones estamos exhaustos. En este aspecto debemos distinguir:

-Agresión: actor de hacer daño a otro, puede ser daño moral o psicológico (agresión psicológica), daño de forma verbal y usando la comunicación oral (agresión verbal) o daño físico (agresión física).

-Maltrato: se produce cuando las agresiones se perpetúan en el tiempo, puede producirse maltrato físico, psicológico, sexual y verbal. El maltrato psicológico suele estar unido a los otros por su relación causa-efecto. -Bullying: se define como cualquier forma de maltrato producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Presenta varias formas: bloqueo social (aislamiento o marginación), hostigamiento (desprecio, odio, ridiculizar, burla, etc.), manipulación social (poner al grupo en contra), coacción (obligarle a hacer cosas en contra de su voluntad), exclusión social (negarle la participación en determinadas actividades), amenaza a la integridad, agresión física…

-Mobbing: a veces se confunde con bullying, pero éste se refiere al acoso laboral, es decir, a la violencia psicológica por parte de los compañeros o superiores a un trabajador.

¿Y esto en qué se traduce? En la Educación Infantil solemos encontrar problemas derivados de la forma de comunicación entre iguales, problemas debidos a las diferencias en el desarrollo físico de los niños, conflictos derivados del juego, o conflictos surgidos por la propiedad de algunos objetos.

En Educación Primaria los conflictos surgen más por el respeto de las normas del juego, la posesión de objetos (tuyo-mío), el aburrimiento de alumnos en la realización de tareas escolares, o el ensalzamiento propio a costa de los otros.

En Educación Secundaria los problemas del aula se deben más a conflictos de poder, imagen y supremacía de uno mismo ante el grupo, retos al profesor (relacionado con lo anterior), conflictos propios de la adolescencia, búsqueda de libertades e independencia y aburrimiento en el aula (generalmente a causa de no alcanzar los conocimientos necesarios).

Otros problemas pueden surgir por problemas familiares, psicológicos, etc.

CONSECUENCIAS DE LOS CONFLICTOS EN LA COMUNIDAD ESCOLAR.

   Dependiendo de la forma de hacer frente a los problemas escolares, podemos obtener distintos efectos:

 
POSITIVOS

   -Fomentar en los/as alumnos/as la facultad para tomar decisiones.
   - Favorecer la participación e integración del alumnado.
   - Desarrollar la autoestima de los menores,
   - Descubrir el pensamiento creativo y reflexivo en el alumnado.
   - Potenciar la tolerancia a la frustración, haciendo personas más fuertes para afrontar las adversidades.
   - Aprendemos a utilizar una comunicación fluida y eficaz.
   - Realizamos un autoconocimiento o reflexión sobre nosotros mismos: lo que esperamos, qué queremos, qué tememos, qué odiamos, etc.
   - Paralelamente favorece la comprensión y conocimiento de los demás
   - Se afianzan los lazos de amistad.
   - Potenciamos nuestro aprendizaje.
   - Aumenta nuestra motivación.

NEGATIVOS.

   Como consecuencia de una mala gestión en la resolución de los conflictos nos podemos encontrar:

   - Culpabilizar a los demás de nuestras vivencias negativas.
   - Barreras en el proceso comunicativo.
   - Obstáculos en la capacidad de empatizar.
   - Tener pocas opiniones e impresiones o ideas de mala calidad.
   - Déficit en el ambiente social.
   - Obligación de tomar una decisión.
   - Aumentar la rivalidad.

     ACTIVIDADES A REALIZAR EN LAS AULAS

    Para llevar a cabo estas actividades debemos tener en cuenta:

    a). Hay que desarrollar un clima favorable de trabajo donde prime la confianza, la participación, la colaboración, la tolerancia y el respeto entre el alumnado.
    b). Explicar con claridad la finalidad de cada actividad.
    c). Educar para aceptar ideas y creencias diferentes a las propias.
    d). Es primordial, si queremos lograr una cohesión del grupo, distribuir la clase en círculo o en forma de “U”, cuando no se trabaje en grupos reducidos.
    e). Evaluar cada actividad una vez finalizada.

    1. Realizar una lluvia de ideas, en voz alta, del concepto “conflicto”.

Normas:
- El/la educador/a las irá escribiendo en la pizarra.
- Todas las opiniones se clasificarán en positivas o negativas.
- Estas dos clasificaciones se relacionarán con los efectos positivos y negativos de los conflictos abordados a lo largo de esta unidad didáctica.
- Cada miembro debe agregar, al menos, dos efectos positivos de la resolución de los conflictos.

    2. Cada miembro de la clase piensa y escribe un conflicto real que haya vivido. A continuación, se forman grupos de 5 participantes máximo, y se ponen de acuerdo en un conflicto real para exponerlo a la clase. Se selecciona entre toda la clase un único conflicto y se busca una definición de conflicto que será comparada con las definiciones vistas en la unidad. Se analizan todas las definiciones recogiendo los puntos más relevantes de las mismas.

    3. Distribuir a la clase en grupos reducidos para que intente llegar, por consenso, a una clara definición de conflicto y de términos relacionados con el mismo.

    4. En grupos, hay que resolver un conflicto previamente planteado.

Normas:
- Se rechazan todas aquellas alternativas que no sean viables.
- Cada miembro del grupo razonará y explicará por qué elige esa opción.
- Se utilizará un diálogo apropiado sin presiones o gritos.
- Habrá que ser respetuosos con los que no mantengan nuestra misma postura.
- Exponer clara y explícitamente, cuáles son las razones de nuestra elección:
- Se deben escuchar los motivos sin interrupciones.
- Una vez expuestos los motivos de nuestra elección, y comprendidos por el resto del grupo se podrán formular preguntas.
- Lograr, con calma y tranquilidad en cada grupo, que las alternativas sean integradoras.
- Aproximar propuestas para llegar a una idea conjunta.
- Si no logramos un consenso se cambiará el procedimiento de abordaje del problema.
- Si seguimos sin conseguir un acuerdo, habrá que llevar a cabo una votación democrática.

   5. Se divide la clase en grupos de tres y se realizará un role-play de una situación determinada

Normas:
- Dos de los miembros del grupo desempeñarán uno de los roles, y el tercer individuo se convertirá en observador. Si alguna persona queda descolgada pasa a ser, también, observadora.
- Se asignan 30 minutos para llevar a cabo el juego de rol. Si hace falta más tiempo, se podrá ampliar hasta un máximo de una hora.
- Se indica a los participantes que repasen el punto donde se explican los estilos y métodos de resolución de conflictos vistos en la unidad didáctica.
- Primero las parejas de cada grupo y, después, la persona observadora, concretan qué actitud tomaron las partes ante el problema presentado.
- Exponer nuestra experiencia: ¿cómo nos hemos sentido?, ¿cómo ha ido la experiencia?, ¿dificultades que nos hemos encontrado?, ¿qué se han dicho las partes?, ¿qué actitudes han aparecido?, etc.

    6. Trabajemos con la sabiduría popular, para ello, una vez dividida la clase en grupos le damos las instrucciones:

- Cada miembro del grupo debe aportar un refrán que tenga relación con los problemas, conflicto, peleas, etc.
- El/la docente facilitará más refranes.
- A continuación, el/la portavoz de cada grupo, lee cada refrán y expone el punto de vista al que llegó su grupo, el resto de la clase podrá ampliar la información dada con algún comentario.

   7. Leer y recortar todas las noticias en prensa que traten el tema de los conflictos, comentarlas en clase y realizar un mural sobre cartulina.

   8. Con alguna de estas noticias o con un conflicto real o inventado, cada alumno/a describe las fases de dicho conflicto.

   9. Cada grupo, selecciona un conflicto, en el que detectará:

• ¿Cuál es el conflicto?
• ¿Quiénes son las partes que están involucradas?
• ¿Qué desean todos los implicados?
• ¿Cómo se podría solucionar este problema?

    10. Vamos a reforzar a nuestros compañeros/as, para lo que realizaremos este ejercicio.

Normas:
- Nos dividimos en parejas.
- Miramos a la otra persona y le sonreímos.
- Le decimos un cumplido, elogio o alabanza.
- Acompañamos la frase utilizando los gestos, la expresión facial, la orientación corporal, el contacto físico, etc.
- Seremos sinceros, honestos y justos.
- A continuación, todos nos diremos cosas agradables y positivas.

    11. Cada alumno/a escribirá una cualidad positiva del compañero que se sitúa a su derecha, éste le responderá de forma adecuada cuando se la diga.
    
   12. Debemos conseguir que un miembro del grupo consiga su objetivo, por medio de buenas palabras y buenos gestos.

    13. Se divide a la clase en dos círculos, uno se incluirá dentro del otro, para:

- Cada persona del círculo interno forma pareja con otra del círculo externo.
- Las parejas se encuentran frente a frente.
- Según suena la música o se toca un instrumento, los/as alumnos/as perteneciente al círculo interno se moverán según las agujas del reloj y, los alumnos/as del círculo externo girarán en sentido contrario a las agujas.
- Una vez que pare la música o el instrumento, el miembro de la pareja perteneciente al círculo externo elogia a la persona que tiene en frente y ésta se lo agradecerá, aceptará el elogio. Y así sucesivamente.
- Se pondrán en común las experiencias vividas.

    14. Cada adolescente contestará a un cuestionario que incluya estas preguntas:

- Describe la situación y lo que te dijeron, y que te hizo sentir mal, no por el mensaje, sino por la forma de decirla. En vez de describir la situación se puede dibujar o escenificar.

- ¿Cómo te sentiste?
- ¿Qué pensaste?
- ¿Cómo actuaste?
- ¿Qué te gustaría haber sentido?
- ¿Qué te gustaría haber pensado?
- ¿Cómo te gustaría haber actuado?
- Escribe algunas frases alternativas a la que utilizaron, frases con las que no te hubieras sentido mal.

    Una vez se han contestado todas las preguntas cada alumno/a lo expondrá al resto de su clase. Posteriormente se debatirá en grupo amplio.
Actuación a nivel de centro

Dentro de las medidas a desarrollar a nivel de centro destacamos las siguientes:

-Desarrollar un Plan de Convivencia. En varias comunidades autónomas se está aplicando esta medida. El plan consiste en desarrollar de manera coordinada actuaciones preventivas y actuaciones sancionadoras, dando mayor importancia a la prevención. Se debe hacer una recogida y análisis de la información propia del centro y sus conflictos singulares, elaborar normas de convivencia que respondan a los conflictos detectados de forma práctica y elaborar protocolos de actuación ante los problemas habituales del centro. Junto con este plan se debe constituir una Comisión de Convivencia encargada de regular la aplicación del Plan, modificarlo y mejorarlo en lo conveniente, y sancionar cuando sea necesario.

-Creación de un Aula de Convivencia. El aula de convivencia se debe entender como un espacio de carácter educativo, preventivo y recuperador, nunca como un aula de castigados o de expulsados.  Se pueden plantear tres tipos de actividades básicas: actividades académicas, habilidades sociales y labores de mantenimiento. Además hay muchas dinámicas como los compromisos de convivencia, etc.

-Crear espacios donde atender a los alumnos
que deben ser sacados del aula temporalmente para resolver un conflicto.
-Crear canales de comunicación familia – escuela – alumnos.
-Mejorar la comunicación exterior del centro (actividades de puertas abiertas, Escuela de Padres, etc.)

-Desarrollar Programas de Mediación Escolar. La mediación es una forma de resolver conflictos entre dos o más personas, con la ayuda de una tercera persona imparcial, el mediador. Regulan el proceso para que todas las partes implicadas en el conflicto ganen, a diferencia del negociador, que busca el beneficio de una de las partes únicamente. Programas de Mediación Escolar como el Gernika desarrollado en el País Vasco garantizan el éxito de este tipo de iniciativas. Otra de las ventajas por las que destaca esta alternativa es la implicación del propio alumnado en la resolución de sus propios conflictos.

-Optimización del Plan de Acción Tutorial. En ESO disponen de horas de tutoría, algo que en Primaria no existe, y en Primaria el tutor pasa la mayor parte del tiempo con los mismos alumnos, lo que le otorga un mayor conocimiento de los mismos, algo que en Secundaria no sucede. La acción tutorial debe estar programada, y se debe optimizar la tutoría individual con los alumnos tanto como la tutoría grupal, planteando líneas de acción en ambas direcciones.
Otro de los aspectos con los que se pueden mejorar la resolución de conflictos a nivel de centro es la formación del profesorado, especialmente en habilidades sociales y comunicación, mediación, resolución de conflictos, dinámicas de grupo, tutorización, teoría del acompañamiento inteligencia emocional, etc. La formación del profesorado es fundamental, aunque en este caso, y por la experiencia personal, cabe destacar que no por hacer un curso se va a mejorar, es necesaria la existencia de una voluntad de cambio, la aceptación de que hacemos mucho, pero podemos hacer más, y la aceptación de que si llevamos varios años aplicando unas estrategias y los conflictos cada vez son más, se deberá seguramente a que las estrategias desarrolladas no son tan eficientes como pensábamos.

Estas actuaciones a nivel de centro deben ir apoyadas por actuaciones a nivel de aula. Al igual que en nuestros centros contamos con un Proyecto Curricular de Centro, y éste se concreta posteriormente en una Programación de Aula, no podemos quedarnos únicamente en las acciones de centro, sino que debemos plantear también acciones concretas para el aula. El docente, y no sólo el tutor, debe prepararse para resolver los conflictos que se le presentes en la clase.

Actuaciones a nivel de aula

En este sentido destacamos tres pilares de acción:

Mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Muchas veces encontramos alumnos que como no han conseguido destacar académicamente optan por “ser alguien” y destacar a base de ser graciosos, o a partir de la violencia, la agresión o la burla sobre los otros, generalmente los otros son alumnos aplicados, cuyas burlas sólo hacen que poner de relieve lo que se denomina como envidia. Si ese futuro alumno conflictivo no llega a sentir esa envidia, si llega a sentirse menos frustrado académicamente… ¿necesitará ser alguien por la vía del conflicto si ya es alguien gracias a sus aprobados? En este sentido se plantean las siguientes estrategias de actuación: 1) Conocer el estilo de aprendizaje de nuestros alumnos. En este sentido distinguimos entre alumnos divergentes (analizan las cosas desde diversos puntos de vista, son más observadores que “actuadores”), asimiladores (sus pensamientos son más abstractos, se centran más en la teoría que en la practicidad de sus pensamientos), acomodadores (actúa visceralmente sin analizar las consecuencias, confía más en las otras personas que en sí mismo) y convergentes (tienen facilidad para la toma de decisiones, se le dan mejor las cosas de carácter técnico). Para conocer el estilo de aprendizaje de nuestros alumnos debemos analizar los procesos de sensibilización a la actividad (motivación), los procesos atencionales, los procesos de adquisición de la información, los procesos de personalización y control, los procesos de recuperación de la información y finalmente los procesos de transfer a otros ámbitos. 2) Modificar nuestro estilo de enseñanza. Igual que es especialista de Inglés en Primaria no imparte la clase igual en Primero que en Sexto, todos nosotros debemos adaptar nuestra forma de enseñar al estilo de aprendizaje dominante del grupo – clase. Según Bennett (1976) hay doce estilos de profesor, no debemos plantearnos las cosas desde la perspectiva estática de: autocrático, laissez-faire o democrático. El profesor asume cada vez más responsabilidades: debe ser estratega, comunicador, manager, higienista, dietista, policía, mediador, psicólogo, sabio… y cada día algo más. 3) Estrategias de aprendizaje. El aprendizaje debe ser un aprendizaje estratégico, esto es una prima que lleva muchos años flotando en el ambiente escolar, y se aplica, aunque no siempre. La metacognición es bien conocida por todos, ahora se habla de competencias básicas, los cual amplia el campo de actuación, pero la base es la misma, aprender a aprender. Debemos dotar al alumno de formas de mejorar sus resultados académicos, así lograremos alumnos más competentes y capacitados para afrontar las tareas que se le presenten. Entre las técnicas de estudio debemos enseñar a los alumnos a mejorar su velocidad lectora, dónde, cómo y cuándo estudiar, las técnicas de subrayado, esquemas y resúmenes, estrategias para la mejora de la atención y la concentración, la toma de apuntes, así como debemos enseñarles las reglas nemotécnicas, y la mejora de la memoria.

-Motivación del alumno. Es otro de los grandes clásicos. Se habla frecuentemente de la motivación intrínseca y extrínseca, se habla de la dinamización del aula (que suena mejor), y es cierto, es necesario. Debemos ser capaces de motivar al alumno, y sobre todo de NO desmotivar. Los niños de infantil generalmente suelen apasionarse con el inicio de la lectura, gozan leyendo sus primeras palabras, haciendo sus primeras seriaciones de números, y posteriormente pierden esa motivación de forma progresiva a medida que crecen, ¿por qué?, posiblemente porque se convierta en una obligación, y jugar a fútbol gusta, pero jugar por obligación todos los días cansa. Para no caer en ello podemos hacer al alumno protagonista de su propio aprendizaje, hacer que decida qué actividad quiere realizar, si somos cómodos, plantear si prefiere hacer el ejercicio 1, 3 y 5 de la página 68 o el 1, 2 y 4 de la misma página (es un ejemplo).

-Motivación del profesorado. Encontramos mucha narrativa sobre la motivación del alumno, pero ya no tanta sobre la motivación nuestra. Necesitamos motivarnos entre nosotros, con nuestros compañeros, necesitamos crear espacios de “tranquilidad” en nuestro centro, en nuestro interior, necesitamos cambiar de tema en el café, no estemos siempre hablando de lo mismo con los compañeros, a veces hablar de cine ayuda (es otro ejemplo).

-Mejorar las habilidades básicas para la resolución del conflicto. No podemos esperar que únicamente mediante la mejora de los procesos académicos se diluyan todos los conflictos, es algo que ayudará y que generalmente no se tiene tan en cuenta, pero deberemos de complementarlo con iniciativas que desarrollen en nuestros alumnos las habilidades necesarias para afrontar el conflicto por ellos mismo y de forma adecuada. En este sentido debemos formar a nuestros alumnos en las técnicas de resolución de conflictos (visión del conflicto como algo natural, definición del conflicto, lluvia de ideas sobre soluciones, análisis de las mismas y determinación de cuál aplicar, puesta en marcha de las medidas, y análisis de revisión de los resultados).

-Técnicas en habilidades sociales y de comunicación.
Debemos ofrecer al alumnos formas de expresar sus sentimientos, canales de comunicación. Fomentar la empatía, y la inteligencia emocional.
-Mejorar la autoestima y el autoconcepto. En este sentido quiero hacer especial énfasis en el concepto que nosotros provocamos en el propio alumno, es importante evitar frases como “siempre la estás liando” o “¿qué has hecho esta vez?” o “sabía que eras tú”. Cuidado, con afirmaciones así no beneficiamos al alumno, tan sólo servirán para trasmitirle nuestro sentimiento de incapacidad y rabia por no saber ayudarle.

-Mejorar las habilidades del docente para el manejo de la clase. Este es otro de los grandes clásicos de ayer, hoy y siempre. Estamos acostumbrados a escuchar que debemos prepararnos las clases y no improvisar (aunque alguna vez algo de improvisación suele tener mayor éxito, repito, alguna vez, que no siempre), pero quiero destacar otros aspectos… ¿por qué se suele pensar que el examen o control es el mejor medio para evaluar? ¿por qué cuesta tanto mentalizarse de que la evaluación es continua y no sumativa? ¿por qué nos cuesta tanto variar el modelo de examen? Tenemos examen de respuesta corta, respuesta larga, desarrollo, tipo test, pero nos cuesta modificarlo… ¿Saben los alumnos qué objetivos perseguimos? ¿Saben explícitamente qué esperamos de ellos? Seguro que muchos lectores lo hacen, pero también estoy seguro que habrá quien no lo haga, quien tampoco lea artículos de esta temática. 

Ejemplos de actuación

A continuación detallo algunos ejemplos de actuación ante situaciones variadas, ejemplos reales:

-Ante las groserías: primero calma, no perdamos los nervios, el alumno debe saber que estamos por encima de todo, y que su grosería no ha dado en el blanco, luego debemos ser breves en la respuesta, evitando el intercambio de acusaciones y la réplica, “¿alguien más piensa como él?” (si mostramos enfado seguramente el resto calle y guarde silencio), “bien, lo que tengas que decirme al acabar la clase sales conmigo y me lo dices”. Debemos además evitar el sarcasmo, ya que éste sólo generará mayor ira en el alumno.

-Ante las preguntas tontas o ridiculeces: debemos evitar la pérdida de tiempo y los sermones, basta con decir “si te paras a pensar seguro que lo entiendes”, y si persiste “no te preocupes, a las cinco me quedo contigo y te lo explico si realmente no lo entiendes”.
-Ante los desafíos: no conviene repetir hasta el infinito lo que seguramente el alumno no hará, si a la segunda vez que se le pide no lo hace, es mejor decirle educadamente que al acabar la clase irá a la Jefatura de Estudios. Tampoco podemos pedir cosas que sabemos que no se harán.

-Agresión física al profesor: viene precedida de desafíos, nunca agredir al alumno, ni quedarnos solos con él, siempre debe haber testigos (adultos), lo primero que debemos hacer es dar un paso atrás, llamar a otros compañeros, y que éstos lleven al alumnos ante Dirección, ese mismo día iniciar el procedimiento de expulsión y el expediente disciplinario.

-Incidentes violentos entre alumnos: los primero es separarlos, llevarlos ante Dirección (separados) e iniciar el expediente disciplinario. Es importante ser imparcial con las sanciones.

-Clase descontrolada: debemos evitar el típico rugido de “silencio”, podemos guardar unos segundos de silencio, o dar una o dos palmadas, si no funciona coger al más gamberro (cabecilla del grupo) y llevarlo del brazo firmemente al medio de la clase (creamos el factor sorpresa) y una vez la clase está expectante a lo que suceda decir “en caso de duda ir al más fuerte, sigamos con la clase” eso quitará hierro al asunto.








BIBLIOGRAFIA
-  Baron Byrne. Psicología Social. Madrid. Prentice Hall, 1998
-  José Bermúdez Moreno. Psicología de la personalidad. Madrid. Universidad
   Nacional de Educación a Distancia. 1987
-  M. Carmen Boqué Torremorell. Tiempo de mediación, taller de formación de
   mediadores/as en el ámbito educativo. Barcelona. Ediciones CEAC. 2005

 




 



Fuentes:
En:  Temas para la Educación. Revista digital para profesionales de la enseñanza. N° 8. Mayo-2010

www2.fe.ccoo.es/andalucia/docu/p5sd7171.pdf

 Francesc Vicent Nogales Sancho. Estrategias para abordar los conflictos en el aula
http://comunidad-escolar.cnice.mec.es/844/tribuna.html




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Jornadas de PEIC Parroquial en San Agustín

El pasado 6 de marzo de 2014, se llevaron a cabo las primeras Jorandas de trabajo del Programa de Educación Integral Comunitaria de la Parroquia San Agustín. Estas jornadas fueron realizadas en el Piso 2 del Museo de la Arquitectura desde las 9:00 am hasta las 4:15 pm.




En el Museo de la Arquitectura, ubicado en la Av. Bolívar de Caracas, en la parroquia San Agustín, se dio el trabajo de revisión y reestructuración del PEIC parroquia con la presencia de directores, docentes especialistas, miembros de los departamentos de Educación de los Museos Nacionales y de las comunidades de la parroquia San Agustín.

La dinámica se estableció desde una pregunta generadora para la reflexión; un pequeño debate entre los asistente y luego se estableció el trabajo de mesas de trabajo para hacer reflexiones entre los diversos criterios de los asistentes.

La pregunta generadora:

¿Cómo visibilizamos el PEIC parroquial?

 

Mesas de trabajo

Se agruparon  5 equipos de trabajo entre los participantes y en cada uno de ellos se dio interesantes dinámicas de acuerdo a cada grupo. Hubo un proceso de diálogo en algunos, de conversatorio en otros, de derecho de palabras en otro, cada grupo hizo su aporte desde lo individual y llegaron a consenso para su propuesta a la plenaria. De ellos salió una propuesta de abordaje del PEIC parrquial, según las dinámicas que asumienron, recogidas en papelógrafos.

Esta primera etapa se desarrrolló de 9:00 a.m. a 12:30 p.m. y luego se dió un receso para almuerzo.

Debate y Plenaria

En la tarde a partir de las 2:00 p.m. se le dio continuidad a la Jornada. Se inició con una presentación de parte de Jesús Guzmán "Paicosa", para que se viera un poco parte del trabajo que se ha desarrollado con el PEIC, hasta ahora. Luego la presentación de los papelógrafos y la exposición de los participantes, bien selecionados por el grupo de trabajo o el grupo de trabajo en pleno. Se abrió el derecho de palabras y se hizo observaciones, comentarios o aportes que ayudaran a enriquecer el debate entre los presentes.


Se acordó montar un equipo de organización de la información y de preparación del documento final en la reunión ordinaria de UTIEB de los martes.


Jornada de la mañana


 

 


 


 








Jornada de la tarde



  



 
  



 
 




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