Jornadas de Reconocimiento a la Herencia Indígena: Tradiciones con origen indígena
Tradiciones con origen indígena. Parte I
Una gran
cantidad de danzas tradicionales se identifican en las diferentes partes de las
regiones que integran nuestra tierra, el teatro popular y de calle se hizo
presente en nuestras comunidades desde tiempos remotos. En estos bailes y
danzas encontramos elementos característicos de nuestra cultura como son la
interacción de la herencia europea con la herencia indígena, distintos rituales
y creencias se sincretizan en ceremonias y danzas con fines místicos y
recreativos. Las comunidades venezolanas
generación tras generación hacen parte de la memoria colectiva con estas
tradicionales danzas, que recrean hechos históricos, mitos, leyendas o
anécdotas de las generaciones anteriores que le dieron forma. Cada una tiene
sus características, pero entre si guardan la esencia del venezolano mestizo,
alegre, creyente y comunitario.
En esta ocasión
se aluden a tres danzas o bailes típicos de diferentes regiones de Venezuela,
todos son conocidos y apreciados, representan nuestro mestizaje, nuestro brillo
y nuestros orígenes, se trata del Sebucán, Las Turas, La muñeca de la calenda, El Esputón y el Maremare.
El Baile de las cintas o Sebucán
Este es un baile que se acostumbra hacer en diversas regiones del país, se le suele llamar las cintas o el palo de las cintas. En oriente y Guayana tomó nombre de Sebucán.
El Sebucán es un baile que se acostumbra ejecutar en diferentes partes del país, se le suele llamar las cintas o el palo de las cintas. En oriente y Guayana tomó nombre por asociación con el tejido indígena usado como exprimidor-colador de la "catebría" (yuca amarga rallada), pues se parece al tejido que se hace con cintas en el palo ceremonial.
La danza realmente proviene de Europa, se cree que su origen es de Cataluña, pero nosotros tenemos un baile que es la aplicación final del culto al árbol allá celebrada. En el viejo continente este baile consistía en danzar alrededor de un árbol o rama adornada especialmente en los rituales de la llegada de primavera, llamada Palo de Mayo o Árbol de Mayo; a lo cual nosotros llamamos Sebucán o palo de cintas. El traslado de esta danza a Venezuela ha permitido una expresión nacional que se convirtió en autóctona, no solo por la música y el texto, que son originales sino porque se ha vuelto una tradición más nuestra, mezclándose con una representación teatral que alude a la conquista.
El Sebucán su nombre proviene de los indígenas, porque estos tejían sebucanes para exprimir la yuca, es un baile tradicional venezolano que realiza un grupo de personas alrededor de un palo del que cuelgan muchas cintas, las cuales tejen los bailadores al son de la música de un conjunto criollo. Unos avanzan hacia la derecha y otros hacia la izquierda, de manera que también se crucen las cintas que sostienen, formando un tejido. Al terminar, los danzarines vuelven a bailar en sentido contrario para deshacer el tejido anterior. En Venezuela se practica tanto en el Oriente de país, como en Chachopo en el estado Mérida donde se incorpora como parte del baile de San Benito, en esta región se llama Giros de San Benito.
EN BAILE DEL SEBUCÁN:
Los participantes son hombres y mujeres. Los primeros lucen sombrero de palma, franela a rayas, pantalón caqui y alpargatas. Las damas ostentan faldas amplias y floreadas, blusas y alpargatas que combinan con el traje.Bailan alternados hembras y varones alrededor de uno de los integrantes, quien, colocado en el centro del corro, mantiene firmemente apoyada a tierra, por uno de sus extremos, una larga y gruesa vara de cuya parte superior penden cintas de varios colores que los celebrantes sostienen del extremo libre y tejen y destejen con singular maestría, al tiempo que entonan versos alusivos a la diversión.
Los instrumentos musicales son el bandolín, el cuatro, el furruco y las maracas. La diversión comienza cuando los componentes del séquito se mueven rítmicamente, unos a la derecha y otros a la izquierda, cruzándose entre sí con el fin de llevar a cabo el tejido del sebucán.
Cantan cuartetas cuyos versos se repiten por pares, pero con cierta variación en la melodía. Las estancias entonadas son de este tenor:
El tejer el sebucán
es de gran facilidad,
pero para destejerlo
está la dificultad.
(bis)
Este lindo sebucán
se abre como un paraguas;
tiene cintas de colores,
en el medio la encarnada.
(bis)
Nosotros somos los indios,
los indios de Pariaguán
que venimos a bailar
este lindo sebucán.
(bis)
El que quiere aprender
a tejer el sebucán
fijándose en nosotros
en seguida aprenderá.
(bis)
El Sebucán es una especie de prensa en forma de cesta alargada, con un tubo tapado en uno de los extremos, hecha de bejuco de mamuare (especies de Genoma que se utiliza en el oriente y en el Sur de Venezuela para exprimir la yuca rayada y sacarle el yare (juego venenoso); con la sustancia sólida que resta se prepara el casabe. En la parte superior el sebucán tiene un asidero, y en la inferior, que está cerrada, remata un arco pequeño del mismo material de donde pende el peso que se emplea para llevar a cabo la operación de extraer el jugo de la yuca rallada.
En los Andes y en otras regiones del país la diversión del Sebucán que conoce indistintamente con los nombres de Baile de las Cintas y palo de las Cintas.
Presentación del Sebucán en la UEPP "Julio Velutini". Parroquia Altagracia
Salomón de lima, cronista de Barcelona, ubica a "el Guasey", comunidad perteneciente al distrito Monagas, como uno de los centros de mayor apego a esta manifestación cultural: "Es interpretado por los aborígenes de dicho pueblo, siguiendo las mismas costumbres originarias, por medio de pequeños grupos que aparecen formando un semicírculo mientras entonan un melancólico canto en su propia lengua, con el acompañamiento de unos instrumentos musicales confeccionados por los mismos y que denominan: Berecuse, Pictio, y Maré" estos instrumentos son las flautas de pan, hechas con carrizos. Elías Toro, en un libro suyo de viajes por Oriente, Guayana, y el Esequibo, dice que es un canto indígena "lleno de salvaje melancolía, monótono y extraño" (Elías Toro, POR LAS SELVAS DE GUAYANA, 1905: 114, cit., p. Alvarado)
El Maremare (Akaatompo) es una danza que se realiza para conmemorar el fallecimiento de algún personaje o de un familiar. El baile no es muy variado y se fundamenta en pasos hacia delante y hacia atrás que se ejecutan al compás de la música.
En su origen se ejecutaba únicamente la flauta, pero actualmente se ha instrumentando también con maracas, cuatro y guitarra. Los músicos se colocan al centro de los danzantes y estos se toman por los hombros y la cintura, haciendo giros colectivos hacia la derecha y hacia la izquierda con cierta monotonía.
La fiesta se concluye al acabarse las bebidas, el kashiiri y el "vooku" es un “carato de yuca”. La vestimenta utilizada tiene rasgos indígenas y criollos: el hombre se viste con guayuco de tela y camisa corriente, las mujeres usan un camisón largo a manera de bata, llamada “sayal” o Bata Kariña, estas son unicolores pero de color variado para cada bailadora, rematada en faralaos tanto en la parte superior como en la inferior y adornada con cintas de colores, el hombre emplea un especie de paño terciado por las caderas llamado “pentú o landilla”, todos en color azul índigo o marino adornado en los bordes con cintas multicolores que semejan los colores del arco iris, tanto el hombre como la mujer llevan una especie de banda alrededor de la cabeza y a la altura de la media frente llamado penti, elaborado con fibra de moriche trenzado o tejido a la manera del tejido de la cestería típica del lugar.
Una de las costumbres y tradiciones más arraigadas entre lo Kariña, es realizar en comunidad la Danza del Mare Mare Kariña festivo, una danza hecha en honor a la virgen con alegría, fe y mucho amor.
Baile del Maremare Kariña
La celebración de los recuerdos que se conservan de los fallecidos es una costumbre ligada a manifestaciones mortuorias, arraigadas a distintas culturas del mundo desde tiempos inmemoriales.
Los indígenas mexicanos festejaban la vida de sus ancestros desde la época prehispánica. Algunos estudiosos sostienen que la celebración, que se efectuaba 2 veces al año, incluía tanto el levantamiento de altares como ofrendas de alimentos, bebidas y sacrificios.
El rito fue “modificado” con la llegada de los conquistadores españoles, quienes combinaron sus costumbres católicas, asociadas al Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, con las manifestaciones mortuorias aborígenes.
El resultado es la festividad actual conocida como Día de Muertos (02 de noviembre), proclamada en el 2003 como patrimonio oral e intangible de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
La celebración tiene como esencia facilitar el retorno de las almas a la Tierra después de la muerte, ayudado por los familiares del difunto, quienes preparan altares en su vivienda o el cementerio, a los que incorporan flores y los alimentos favoritos del muerto.
Esta práctica no es exclusiva de las comunidades de origen mexicano. En Venezuela, el pueblo indígena Kariña revive a sus ancestros los primeros días de noviembre, cuando, en medio de cantos, bailes y convites, los muertos caminan en la tierra y regresan a sus casas para el Akaatompo.
Con una población estimada en más de 16 mil habitantes, de acuerdo a las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) con base en el Censo de Población y Vivienda de 2001, los kariña conservan aspectos relevantes de sus tradiciones como el baile Maremare y el Akaatompo, además de su lengua indígena.
A diferencia de la celebración mexicana de muertos, durante el Akaatompo, grupos integrados por hombres y mujeres de la comunidad visitan las casas del sector, donde son tomados como la representación de los fallecidos y agasajados con los alimentos preferidos del ausente.
En un área libre de la residencia familiar, los recién llegados bailan el Maremare, danza kariña ejecutada por bailarines, que se disponen en varias filas de 3 o más miembros, y dan pasos cortos hacia adelante y atrás, mientras simultáneamente giran en círculos al compás de la música.
En la celebración se emplean la entonación de cantos por parte de los visitantes, que van acompañados por músicos o con las palmas.
La principal actividad económica de los Kariña es la producción de yuca, maíz, ají dulce y sorgo, además de la ganadería, la caza y en menor escala, la pesca. Muchos de ellos también trabajan, como mano de obra asalariada, para las industrias petroleras instaladas en la región.
En cuanto a su cultura y religión se ha de considerar el mare-mare, que es un baile festivo, posee dos condiciones, el propiamente festivo de divertimento, sin motivo especial para su ejecución y El Akaatompo o - maremare para los difuntos, también llamado del día de los muertos- es la festividad más importante de los Kariña, se celebra el 1 y 2 de noviembre. Los Kariña tienen un dios, un espíritu llamado Capuano, "El Señor de Todo". Creen también en la religión católica, pero de manera dispersa.
El Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería, SAIME, del estado Lara, en alianza con el Consejo Nacional Indio de Venezuela, CONIVE, adelantaron en corresponsabilidad con las autoridades tradicionales indígenas, las acciones de Censo y Registro de las comunidades ayamán en el estado Lara, que dieron origen a las Jornadas de Cedulación Indígena.
El pueblo ayamán, autodenominado como “Iyit” (gente), fue reconocido oficialmente en la Ley como pueblo indígena apenas en el año 2005, algo más de 130 años después de que sus territorios y “resguardos indígenas” fueran desconocidos, anulados y repartidos entre la oligarquía latifundista amparada por los gobiernos de Guzmán Blanco, en las últimas décadas del siglo XIX. De ese modo, liquidados los resguardos indígenas ayamán, el Estado guzmancista desconocía a los dueños de la tierra del norte del estado Lara y sur del estado Falcón, que desde entonces, por la metamorfosis capitalista, se convertirían de indígenas en peones y campesinos de los numerosos hacendados y gamonales que los despojaron paulatinamente de sus territorios ancestrales.
Sin embargo, la resistencia étnica y territorial de los ayamán ha sido distintiva. La crónica colonial “Historia Indiana” escrita por el alemán Nicolás de Federmann, relata una de las “entradas” o expediciones de conquista de los welser y españoles que partió de Coro en septiembre de 1530, derivando hacia el sur y atravesando el territorio del actual centroccidente venezolano, “descubriendo” entre otras poblaciones originarias, la existencia de la ancestral (y no reconocida por la Historia Oficial) ciudad de Barquisimeto, que contaba entonces con 23 localidades o aldeas y 30 mil habitantes caquetíos, todo esto 22 años antes de su fundación colonial por el español segoviano Juan de Villegas. Los ayamán reciben a la expedición germano-española el 27 de septiembre de 1530, ubicados estratégicamente en posición guerrera, en las montañas al sur de Siquisique y del río Tocuyo, “en número de 600, lanzando grandes gritos, soplando con los cuernos (de venado) como acostumbran hacer en la guerra y disparando flechas sobre nosotros” según relata Federmann. Esa acción de resistencia bélica ayamán en la serranía de Parupano, atestiguada por los conquistadores, constituye en la otra y verdadera historia de los pueblos indígenas, la primera “guazábara ayamán” contra los invasores europeos, la guazábara de Parupano.
Algo más particular otorga la reflexión histórica al reconocimiento de los ayamán, creadores de la Danza de Las Turas y de la alquimia del cocui; pues esta nación de origen macro-chibcha, según los historiadores Ramón Querales y Renato Agagliate, podría haber arribado a Venezuela desde la América Central en oleadas migratorias de 12 mil a 14 mil años a.d.p (antes del presente), precediendo a las naciones arawak y caribe, que penetraron el territorio venezolano, mucho después, por vía fluvial, desde el río Orinoco. En ese sentido son esclarecedores los estudios sobre poblamiento del antropólogo y arqueólogo J. M. Cruxent y del biólogo C. Ochsenius, en los territorios de Taima-Taima, Muaco Río Pedregal y otros, identificando en el estado Falcón a los primeros pobladores del territorio venezolano, y definiendo también a la fauna y flora xerófila, similar a la del semiárido actual.
La persistencia geocultural de los “Iyit” en esos territorios estudiados por la Arqueología y la Antropología, hace lógico presumir que los ayamán contemporáneos, capitaneados en el Cerro de Moroturo por Alejandro y María Perozo, constituyen los descendientes de una estirpe milenaria y de un pueblo arraigado ancestralmente, desde hace al menos 12 mil años en el actual territorio venezolano, constituyéndose en los primeros pobladores de la Nación, la identificación y cedulación indígena y oficial del pueblo ayamán, fue simultáneamente, el reconocimiento de las profundas raíces originarias que constituyen nuestra genealogía, multiétnica y pluricultural, y de una venezolanidad marcada indeleblemente por la naturaleza y el acervo indígena.
Los ayamán o Inyit, ahora reconocidos por el Estado como cofundadores de la venezolanidad, encauzarán sus acciones hacia la reconstitución de sus derechos usurpados tantos territoriales como culturales. Asimismo a la recuperación de su economía agrícola ancestral: el maizal, de “hombres y mujeres de maíz”, base de su cosmovisión y cultura originaria.
El Espunton (Oriente)
En las navidades se cumple este ceremonial es la población de Caigua, Anzoátegui y consiste en que "un grupo de danzarines aborígenes precedidos por un sujeto armado de una lanza enastada y de otro que acompasadamente iba tocando un vistoso tambor, aparecían en escena dando grotescos saltitos y reverenciando a un elemento, que haciendo las de Cacique Caigua, se encontraba sentado en el suelo con ambas piernas cruzadas. De inmediato el grupo rodeaba al Cacique y comenzaba a entonar un melancólico canto en su propia lengua" (Salomón de Lima. Apalcuar. 1970:135). El Espuntón es una danza que se ejecuta el 6 de enero. Consiste en una danza de salutación al Niño Jesús, al que pasean por todas las casas. La fiesta se acompaña con música y cohetes. Con la salutación al Niño Jesús, al cual pasean desde las 6 a.m. por todas las casas mientras se acompaña con aguinaldos, parrandas y cohetes, los habitantes visitan la casa del capitán mayor donde brindan y bailan hasta la noche. La celebración culmina con la entrega de “El Espuntón” a los nuevos organizadores de la fiesta entre los cantos del Mare Mare de Cumanagoto y la parodia del mismo.
Caigua es una población ubicada al norte del estado Anzoátegui, Venezuela. Era conocida como un poblado indígena con el nombre de Acaripacuar antes de ser fundada por el fraile Don Manuel Yangües. Es la capital de la parroquia Caigua del Municipio Simón Bolívar de ese estado, fundada el 24 de marzo de 1667 por el fraile Don Manuel Yangües quien catequizó a un grupo de naturales que se encontraba bajo el mandato del cacique Caigua. Es por este indígena que el asentamiento lleva tal nombre.
LOS ENANOS Y LA MUÑECA DE LA CALENDA:
El ritual con sus diferentes pasos se explicaba como un rito cabalístico, la fantásticas figuras que simulaban grotesca apariciones, producía valentía a los integrantes del pueblo, que luego se incorporaban a la frenética danza bebiendo zumos de frutas fermentadas que ellos mismos fabricaban; al amanecer del día siguiente la representación de la muñeca era una figura con una cara tétrica, construida con una totuma seca a la cual se le hacia huecos de tal forma que simulaban los ojos, la nariz y la boca que le daba una cadavérica expresión. La ceremonia en torno a la muñeca de la calenda significaba por una parte las tragedias o males sufridos por los espíritus malignos y otros tipos de fenómenos que ésta contribuiría a ahuyentar. Para los indígenas era una Diosa a la cual se le debía rendir un homenaje para celebrar las fiestas del maíz, siendo una invitación a la satisfacción desmedida por la cosecha obtenida, comandada dicha fiesta por el Piache (el guía espiritual del pueblo).
En relación a la promoción cultural de la muñeca de la calenda tiene sus orígenes en San Lázaro y Santiago, en la Noche Buena una vez terminada la misa de aguinaldo. Sin embargo de acuerdo a lo expresado por los Valecillos (1992), la promoción cultural de la muñeca calenda se ha proyectado por toda la geografía Trujillana y fuera de ella, estado Mérida. Es por ello que para su difusión se aprende por parte de los docentes una serie de actividades las cuales según Perdomo (1999) se basan en:
Estaban formados por distintas tribus: timotos, capachos, taribas, cuicas, guitas, chacopos, entre otros. Desarrollaron la agricultura de regadío en terrazas construidas en las áreas montañosas, donde cultivaron la papa, el cacao, el maíz, el tabaco y el ají. Domesticaron animales. Realizaron intercambios comerciales con mantas, alfileres, etc. Utilizaron como moneda las semillas de cacao. Usaron sistemas de riego y construían andenes (terrazas) para evitar la erosión. Conocían la cerámica ― fueron excelentes alfareros ― y elaboraron objetos de oro. También eran textileros.
Practicaron el comercio con otras comunidades indígenas, mediante el intercambio de sus artesanías por productos y frutos como el algodón y la sal.
De acuerdo con algunos estudios, se cree que los timotocuicas practicaron el trueque con los arahuacos y los caribes, al parecer, no sostuvieron grandes enfrentamientos pues, de haberlos tenido habría desaparecido la población de estas comunidades. Sin embargo, sí sometieron a otros pequeños pueblos, que comenzaron a depender de ellos, sobre todo en el campo lingüístico. El jefe de este pueblo indígena era el varón más anciano y con mayor experiencia en la agricultura. No eran guerreros, sin embargo, se protegían tirando piedras. Usaban veneno como armas de guerra y enterraban vivos a sus prisioneros. No existía diferenciación social marcada. Los sacerdotes tenían una cierta importancia dentro del pueblo. Antes del matrimonio, el novio debía residir en la casa de la novia. Existía entre ellos la división del trabajo.
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los indios de Pariaguán
que venimos a bailar
este lindo sebucán.
(bis)
El que quiere aprender
a tejer el sebucán
fijándose en nosotros
en seguida aprenderá.
(bis)
El Sebucán es una especie de prensa en forma de cesta alargada, con un tubo tapado en uno de los extremos, hecha de bejuco de mamuare (especies de Genoma que se utiliza en el oriente y en el Sur de Venezuela para exprimir la yuca rayada y sacarle el yare (juego venenoso); con la sustancia sólida que resta se prepara el casabe. En la parte superior el sebucán tiene un asidero, y en la inferior, que está cerrada, remata un arco pequeño del mismo material de donde pende el peso que se emplea para llevar a cabo la operación de extraer el jugo de la yuca rallada.
En los Andes y en otras regiones del país la diversión del Sebucán que conoce indistintamente con los nombres de Baile de las Cintas y palo de las Cintas.
El Maremare
Esta danza de
origen indígena que se ejecuta en honor a los difuntos (Acatompo) ó a un visitante ó la
naturaleza, hay distintos maremares en cuanto a la música pero en cuanto al
bailes todos son iguales. La letra del canto del maremare son producto de la
improvisación, la danza consiste en pasos hacia adelante y hacia atrás, con
algunas complicaciones adicionales. Los instrumentos utilizados en este baile
son las maracas, la flauta de pan y el carrizo, los hombres visten guayucos y
las mujeres túnicas largas.
El Maremare (Oriente)
El Maremare es uno de los más conocidos bailes populares venezolanos de nuestros ancestros aborígenes y que se ejecuta en la zona oriental del país, entre los cuales se encuentra Anzoátegui. En las comunidades Kariña de esta área venezolana, el 2 de febrero, día de Nuestra Señora de la Candelaria se realiza este ceremonial como carácter festivo. En los años 40 y 50 adquiere visos citadinos y es desarrollado en los ámbitos escolares principalmente, es desfigurado completamente de su esencia, en su música y hasta en su coreografía; lo que debe ser objeto de una cuidadosa revisión por parte de expertos para evitar la perdida de esta manifestación oriunda los pueblos indígenas caribe de nuestro país.
El Maremare es uno de los más conocidos bailes populares venezolanos de nuestros ancestros aborígenes y que se ejecuta en la zona oriental del país, entre los cuales se encuentra Anzoátegui. En las comunidades Kariña de esta área venezolana, el 2 de febrero, día de Nuestra Señora de la Candelaria se realiza este ceremonial como carácter festivo. En los años 40 y 50 adquiere visos citadinos y es desarrollado en los ámbitos escolares principalmente, es desfigurado completamente de su esencia, en su música y hasta en su coreografía; lo que debe ser objeto de una cuidadosa revisión por parte de expertos para evitar la perdida de esta manifestación oriunda los pueblos indígenas caribe de nuestro país.
Salomón de lima, cronista de Barcelona, ubica a "el Guasey", comunidad perteneciente al distrito Monagas, como uno de los centros de mayor apego a esta manifestación cultural: "Es interpretado por los aborígenes de dicho pueblo, siguiendo las mismas costumbres originarias, por medio de pequeños grupos que aparecen formando un semicírculo mientras entonan un melancólico canto en su propia lengua, con el acompañamiento de unos instrumentos musicales confeccionados por los mismos y que denominan: Berecuse, Pictio, y Maré" estos instrumentos son las flautas de pan, hechas con carrizos. Elías Toro, en un libro suyo de viajes por Oriente, Guayana, y el Esequibo, dice que es un canto indígena "lleno de salvaje melancolía, monótono y extraño" (Elías Toro, POR LAS SELVAS DE GUAYANA, 1905: 114, cit., p. Alvarado)
En su propio lenguaje los indios
cantan:
MAREMARE GUARAOTUMA
MAREMARE ONONAJÁ
MAREMARE GUABACORE
TIGUO, TIGUO PATCHACÁ
Que traduce:
MAREMARE GUARAOTUMA
MAREMARE ONONAJÁ
MAREMARE GUABACORE
TIGUO, TIGUO PATCHACÁ
Que traduce:
Si
el maremare muere
Los
indios lloran
Si
el maremare no muere
Los
indios no lloran.
Lisandro Alvarado explica que MAREMARE viene del caribe marimare que es el nombre indígena del cañafístolo burrero o cañaflota (Cassia grandis).
Lisandro Alvarado explica que MAREMARE viene del caribe marimare que es el nombre indígena del cañafístolo burrero o cañaflota (Cassia grandis).
Presentación del Maremare festivo
El Maremare Indígena (Kariña)
El Maremare (Akaatompo) es una danza que se realiza para conmemorar el fallecimiento de algún personaje o de un familiar. El baile no es muy variado y se fundamenta en pasos hacia delante y hacia atrás que se ejecutan al compás de la música.
En su origen se ejecutaba únicamente la flauta, pero actualmente se ha instrumentando también con maracas, cuatro y guitarra. Los músicos se colocan al centro de los danzantes y estos se toman por los hombros y la cintura, haciendo giros colectivos hacia la derecha y hacia la izquierda con cierta monotonía.
La fiesta se concluye al acabarse las bebidas, el kashiiri y el "vooku" es un “carato de yuca”. La vestimenta utilizada tiene rasgos indígenas y criollos: el hombre se viste con guayuco de tela y camisa corriente, las mujeres usan un camisón largo a manera de bata, llamada “sayal” o Bata Kariña, estas son unicolores pero de color variado para cada bailadora, rematada en faralaos tanto en la parte superior como en la inferior y adornada con cintas de colores, el hombre emplea un especie de paño terciado por las caderas llamado “pentú o landilla”, todos en color azul índigo o marino adornado en los bordes con cintas multicolores que semejan los colores del arco iris, tanto el hombre como la mujer llevan una especie de banda alrededor de la cabeza y a la altura de la media frente llamado penti, elaborado con fibra de moriche trenzado o tejido a la manera del tejido de la cestería típica del lugar.
Origen Histórico y Ubicación Geográfica
En la Mesa de Guanipa en el sur del
Estado Anzoátegui, los 16 de julio de cada año, se reúne las comunidades
indígenas Taskabaña, Kashaama, Bajo Hondo, Mapiricure, para festejar el día de
su Santa Patrona de Nuestra Señora del Carmen, brindándoles oraciones, cantos y
ofrendas de diferentes índoles como acción de gracias por los favores
concebidos, sea por la cosecha, por la salud de los enfermos, por la
prosperidad de la población y la supervivencia del pueblo Kariña.
En esta festividad los Kariña realizan,
exposiciones y muestra de sus costumbres y tradiciones ofreciéndole a la
comunidad que lo visita instrumentos musicales, gastronomía y artesanías, todas
estas elaboradas por ellos mismos.
Una de las costumbres y tradiciones más arraigadas entre lo Kariña, es realizar en comunidad la Danza del Mare Mare Kariña festivo, una danza hecha en honor a la virgen con alegría, fe y mucho amor.
Música e Instrumentos Musicales
La música de esta danza, es realizada
y escrita por los mismos Kariña quienes en cada canción describen alguna
anécdota, versos de agradecimientos, oraciones o hechos ocurridos en la
población o cosas hechas por una persona de la misma. Estas letras son escrita
en el idoma Kariña (lengua Caribe) acompañado con los siguientes instrumentos
musicales: cuatro, guitarra y tambor.
Vestuarios
Las Kariña (damas) para bailar el Mare
Mare utilizan una Bata Kariña, llamada en idioma Kariña Naava Rumuera de diversos colores, estos colores son los colores
reflejados en el arco iris; llevan en la cabeza una cinta ancha roja con
pequeñas cintas de diferentes colores a los lados o hechas con moriche;
collares de semillas como: peonía, pepa de zamuro, guayacán, pericoco, entre
otros, estas semillas son propias de la región.
Los Kariña (caballeros) utilizan una
Holandilla, llamada en idioma Kariña “Pentú”, de color azul marino, con dos o
tres cintas de diferentes colores alrededor del pentú; en la cabeza llevan
cintas de Moriches y collares de semillas.
Pasos y Figuras
Esta danza posee diferentes pasos, a
continuación se nombran y se describen algunos de estos:
1. Adelante
y atrás:
a) Colocando los pies juntos
b) El pie derecho se mueve hacia
delante y luego el izquierdo lo sigue, hasta quedar los pies juntos.
c) Luego el pie izquierdo se mueve hacia a tras y el pie
derecho lo sigue, hasta quedar los pies juntos.
2. Corrió:
el pie derecho se mueve hacia delante, luego el izquierdo, avanzando hacia
delante, realizando lo mismo cuatro veces, o las veces que sean necesarias.
3. Brincadito:
a) Colocando los pies juntos
b) El pie derecho se coloca
delante y se golpea el piso dos veces y regresa hacia a tras.
c) Luego el pie izquierdo repite
la misma acción.
4. Hormiga:
a) Se coloca los pies juntos.
b) El pie derecho avanza
adelante y luego el izquierdo, se toman de la mano y forman un tren realizando
la figura de una “S”.
5. Circulo:
a) Se abrazan todos formando un
círculo, se desplazan y giran cruzando el pie izquierdo hacia la derecha dando
una vuelta completa, luego giran en dirección de la izquierda con el pie
derecho.
6. Punta
de Diamante:
Forman grupos de cuatro máximo, en forma de circulo con los
punteros se colocan horizontalmente mirando hacia el frente giran hacia la
derecha hasta dar la vuelta completa; seguidamente, cambia de punta del por
grupo y giran realizando el mismo procedimiento pero hacia la
izquierda.
El “Akaatompo” el ritual fúnebre de Kariña-Venezuela
Los Kariñas, pueblo indígena conmemoran la memoria de sus ancestros y difuntos en una festividad llena de bailes, cantos y ofrendas denominada Akaatompo.La celebración de los recuerdos que se conservan de los fallecidos es una costumbre ligada a manifestaciones mortuorias, arraigadas a distintas culturas del mundo desde tiempos inmemoriales.
Los indígenas mexicanos festejaban la vida de sus ancestros desde la época prehispánica. Algunos estudiosos sostienen que la celebración, que se efectuaba 2 veces al año, incluía tanto el levantamiento de altares como ofrendas de alimentos, bebidas y sacrificios.
El rito fue “modificado” con la llegada de los conquistadores españoles, quienes combinaron sus costumbres católicas, asociadas al Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, con las manifestaciones mortuorias aborígenes.
El resultado es la festividad actual conocida como Día de Muertos (02 de noviembre), proclamada en el 2003 como patrimonio oral e intangible de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés).
La celebración tiene como esencia facilitar el retorno de las almas a la Tierra después de la muerte, ayudado por los familiares del difunto, quienes preparan altares en su vivienda o el cementerio, a los que incorporan flores y los alimentos favoritos del muerto.
Esta práctica no es exclusiva de las comunidades de origen mexicano. En Venezuela, el pueblo indígena Kariña revive a sus ancestros los primeros días de noviembre, cuando, en medio de cantos, bailes y convites, los muertos caminan en la tierra y regresan a sus casas para el Akaatompo.
Tradición viva
Los kariña son un pueblo indígena, perteneciente a la familia lingüística Caribe, asentado en el estado Anzoátegui y la parte norte del estado Bolívar, aunque también existen pequeñas comunidades localizadas en otros estados orientales como en el estado Monagas.Con una población estimada en más de 16 mil habitantes, de acuerdo a las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) con base en el Censo de Población y Vivienda de 2001, los kariña conservan aspectos relevantes de sus tradiciones como el baile Maremare y el Akaatompo, además de su lengua indígena.
A diferencia de la celebración mexicana de muertos, durante el Akaatompo, grupos integrados por hombres y mujeres de la comunidad visitan las casas del sector, donde son tomados como la representación de los fallecidos y agasajados con los alimentos preferidos del ausente.
En un área libre de la residencia familiar, los recién llegados bailan el Maremare, danza kariña ejecutada por bailarines, que se disponen en varias filas de 3 o más miembros, y dan pasos cortos hacia adelante y atrás, mientras simultáneamente giran en círculos al compás de la música.
En la celebración se emplean la entonación de cantos por parte de los visitantes, que van acompañados por músicos o con las palmas.
La principal actividad económica de los Kariña es la producción de yuca, maíz, ají dulce y sorgo, además de la ganadería, la caza y en menor escala, la pesca. Muchos de ellos también trabajan, como mano de obra asalariada, para las industrias petroleras instaladas en la región.
En cuanto a su cultura y religión se ha de considerar el mare-mare, que es un baile festivo, posee dos condiciones, el propiamente festivo de divertimento, sin motivo especial para su ejecución y El Akaatompo o - maremare para los difuntos, también llamado del día de los muertos- es la festividad más importante de los Kariña, se celebra el 1 y 2 de noviembre. Los Kariña tienen un dios, un espíritu llamado Capuano, "El Señor de Todo". Creen también en la religión católica, pero de manera dispersa.
Las Turas (Ayamán)
Es un baile
típico mágico-religioso de origen indígena, pueblo Ayaman, que se celebra a fines de septiembre de cada año
en localidades de Lara y Falcón. La finalidad de este baile y ritual es
agradecer a la naturaleza por los beneficios recibidos por la abundante cosecha
obtenida. La danza consiste en formar una ronda de varias parejas acompañados
de ritmo musicales producidos con tallos de bambú, cráneos ó cuernos de venado
y las maracas, que desde sus comienzos han tenido una connotación mágica en las
celebraciones indígenas.
El 23 y 24 de
septiembre, día de la Virgen de las Mercedes, se lleva a cabo en los pueblos de
Mapararía y El Tural, al sur del estado Falcón, la fiesta y danza ritual de Las
Turas.
Su
ascendencia indígena es profunda, esta fiesta es organizada por una cofradía
cuyas máximas autoridades son el Capataz y la Reina. La danza se ejecuta en
diversos espacios abiertos. Los músicos tocan y danzan en círculo, rodeando un
altar que contiene una cruz enmarcada por una estructura cubierta de palmas, de
hojas de caña y plátanos, al pie de la cual se colocan velas encendidas. Tanto
el marco como la base del altar llevan como ofrenda mazorcas de maíz, verduras,
tubérculos y diversos frutos. Con diversos toques instrumentales. En ella se
dejan escuchar dos "Turas" (hembra y macho), cachos y maracas.
Algunos músicos ejecutan en pareja las "Turas", dos flautas (hembra y
macho) que dan su nombre a la fiesta. Otros participantes danzan mientras tocan
una maraca y soplan los "Cachos", unos silbatos hechos con cráneos de
venado. También danzan hombres y mujeres agarrados por la cintura, imitando
voces de diversos animales.
El Pueblo Ayamán o Iyit
El reconocimiento oficial por el Gobierno Bolivariano de la identidad ancestral del pueblo ayamán, al expedírseles en su hábitat la cédula indígena venezolana, acción que les abre las puertas al ejercicio y disfrute de sus derechos étnicos, territoriales (demarcación) y tradicionales, consagrados en la Constitución Bolivariana y en la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, que definen a los indígenas ayamán como ciudadanos que conforman una de las culturas originarias “constitutivas de la venezolanidad”, localizados geográficamente, después de sucesivas y seculares migraciones, en los estados Lara, Falcón y Portuguesa.El Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería, SAIME, del estado Lara, en alianza con el Consejo Nacional Indio de Venezuela, CONIVE, adelantaron en corresponsabilidad con las autoridades tradicionales indígenas, las acciones de Censo y Registro de las comunidades ayamán en el estado Lara, que dieron origen a las Jornadas de Cedulación Indígena.
El pueblo ayamán, autodenominado como “Iyit” (gente), fue reconocido oficialmente en la Ley como pueblo indígena apenas en el año 2005, algo más de 130 años después de que sus territorios y “resguardos indígenas” fueran desconocidos, anulados y repartidos entre la oligarquía latifundista amparada por los gobiernos de Guzmán Blanco, en las últimas décadas del siglo XIX. De ese modo, liquidados los resguardos indígenas ayamán, el Estado guzmancista desconocía a los dueños de la tierra del norte del estado Lara y sur del estado Falcón, que desde entonces, por la metamorfosis capitalista, se convertirían de indígenas en peones y campesinos de los numerosos hacendados y gamonales que los despojaron paulatinamente de sus territorios ancestrales.
Sin embargo, la resistencia étnica y territorial de los ayamán ha sido distintiva. La crónica colonial “Historia Indiana” escrita por el alemán Nicolás de Federmann, relata una de las “entradas” o expediciones de conquista de los welser y españoles que partió de Coro en septiembre de 1530, derivando hacia el sur y atravesando el territorio del actual centroccidente venezolano, “descubriendo” entre otras poblaciones originarias, la existencia de la ancestral (y no reconocida por la Historia Oficial) ciudad de Barquisimeto, que contaba entonces con 23 localidades o aldeas y 30 mil habitantes caquetíos, todo esto 22 años antes de su fundación colonial por el español segoviano Juan de Villegas. Los ayamán reciben a la expedición germano-española el 27 de septiembre de 1530, ubicados estratégicamente en posición guerrera, en las montañas al sur de Siquisique y del río Tocuyo, “en número de 600, lanzando grandes gritos, soplando con los cuernos (de venado) como acostumbran hacer en la guerra y disparando flechas sobre nosotros” según relata Federmann. Esa acción de resistencia bélica ayamán en la serranía de Parupano, atestiguada por los conquistadores, constituye en la otra y verdadera historia de los pueblos indígenas, la primera “guazábara ayamán” contra los invasores europeos, la guazábara de Parupano.
Algo más particular otorga la reflexión histórica al reconocimiento de los ayamán, creadores de la Danza de Las Turas y de la alquimia del cocui; pues esta nación de origen macro-chibcha, según los historiadores Ramón Querales y Renato Agagliate, podría haber arribado a Venezuela desde la América Central en oleadas migratorias de 12 mil a 14 mil años a.d.p (antes del presente), precediendo a las naciones arawak y caribe, que penetraron el territorio venezolano, mucho después, por vía fluvial, desde el río Orinoco. En ese sentido son esclarecedores los estudios sobre poblamiento del antropólogo y arqueólogo J. M. Cruxent y del biólogo C. Ochsenius, en los territorios de Taima-Taima, Muaco Río Pedregal y otros, identificando en el estado Falcón a los primeros pobladores del territorio venezolano, y definiendo también a la fauna y flora xerófila, similar a la del semiárido actual.
La persistencia geocultural de los “Iyit” en esos territorios estudiados por la Arqueología y la Antropología, hace lógico presumir que los ayamán contemporáneos, capitaneados en el Cerro de Moroturo por Alejandro y María Perozo, constituyen los descendientes de una estirpe milenaria y de un pueblo arraigado ancestralmente, desde hace al menos 12 mil años en el actual territorio venezolano, constituyéndose en los primeros pobladores de la Nación, la identificación y cedulación indígena y oficial del pueblo ayamán, fue simultáneamente, el reconocimiento de las profundas raíces originarias que constituyen nuestra genealogía, multiétnica y pluricultural, y de una venezolanidad marcada indeleblemente por la naturaleza y el acervo indígena.
Los ayamán o Inyit, ahora reconocidos por el Estado como cofundadores de la venezolanidad, encauzarán sus acciones hacia la reconstitución de sus derechos usurpados tantos territoriales como culturales. Asimismo a la recuperación de su economía agrícola ancestral: el maizal, de “hombres y mujeres de maíz”, base de su cosmovisión y cultura originaria.
El Espunton (Oriente)
En las navidades se cumple este ceremonial es la población de Caigua, Anzoátegui y consiste en que "un grupo de danzarines aborígenes precedidos por un sujeto armado de una lanza enastada y de otro que acompasadamente iba tocando un vistoso tambor, aparecían en escena dando grotescos saltitos y reverenciando a un elemento, que haciendo las de Cacique Caigua, se encontraba sentado en el suelo con ambas piernas cruzadas. De inmediato el grupo rodeaba al Cacique y comenzaba a entonar un melancólico canto en su propia lengua" (Salomón de Lima. Apalcuar. 1970:135). El Espuntón es una danza que se ejecuta el 6 de enero. Consiste en una danza de salutación al Niño Jesús, al que pasean por todas las casas. La fiesta se acompaña con música y cohetes. Con la salutación al Niño Jesús, al cual pasean desde las 6 a.m. por todas las casas mientras se acompaña con aguinaldos, parrandas y cohetes, los habitantes visitan la casa del capitán mayor donde brindan y bailan hasta la noche. La celebración culmina con la entrega de “El Espuntón” a los nuevos organizadores de la fiesta entre los cantos del Mare Mare de Cumanagoto y la parodia del mismo.
Danza de El Esputón
LOS ENANOS Y LA MUÑECA DE LA CALENDA:
Esta tradición consiste en fabricar una muñeca de tres metros de altura
aproximadamente, que se viste con harapos. Alrededor de ella se hacen dos
danzas. La primera representa a los indígenas que, se dice, de esta manera
agradecían al indio Che (una especie de líder con poderes sobrenaturales), por
las buenas cosechas, y la segunda danza es de unos enanos (hombres que se
pintan caras en el abdomen para simular la baja estatura), quienes se burlan de
los colonizadores. (Jesús Montilla)
Es
una tradición que se celebra principalmente en el estado Trujillo, producto del
mestizaje entre una costumbre de herencia indígena y otra de herencia europea.
Se celebra en el mes de diciembre al concluir las misas de aguinaldo.
Se
dice que este baile proviene de una tradición que formaba parte de los ritos de
los indígenas Timoto-Ciuca que habitaban lo que actualmente son los pueblos de
Santiago y San Lázaro.
La
danza empieza con un preludio en el que participan cinco actores: cuatro en el
papel de indios y uno como piache. Todos realizan una serie de movimientos que
simulan un acto ritual en el cual el piache aparece con una caja, que tiene en
su interior una calabaza y un anafre con brasas ardiendo.
La segunda parte se inicia con la entrada de los enanos, quienes efectúan diferentes coreografías hasta la aparición de la Muñeca de la Calenda, la cual al entrar en escena comparte diferentes movimientos con éstos y el público.
Se trataba de un rito cabalístico para alejar los males producidos por la sequía y las plagas. La danza es una pantomima en la que se emite una alegría desmedida junto con una gran melancolía: la expresión de la muñeca Calenda muestra en su rostro un fiel retrato de la desolación. A su alrededor danzan los enanos de caras grotescas en frenético ritual, con el acompañamiento del tambor rústico, cuatro, maracas, bandolina, pandereta y violines.
Tiene su origen de acuerdo a testimonios orales, con la llegada de los españoles, en los grupos indígenas Timoto-Cuicas quienes realizaban una danza cuyos principales personajes son unos enanos que danzaban durante toda la noche. La característica primordial era la pintura en el abdomen, luego se les unía al día siguiente una gigantesca muñeca. La segunda parte se inicia con la entrada de los enanos, quienes efectúan diferentes coreografías hasta la aparición de la Muñeca de la Calenda, la cual al entrar en escena comparte diferentes movimientos con éstos y el público.
Se trataba de un rito cabalístico para alejar los males producidos por la sequía y las plagas. La danza es una pantomima en la que se emite una alegría desmedida junto con una gran melancolía: la expresión de la muñeca Calenda muestra en su rostro un fiel retrato de la desolación. A su alrededor danzan los enanos de caras grotescas en frenético ritual, con el acompañamiento del tambor rústico, cuatro, maracas, bandolina, pandereta y violines.
La muñeca de la calenda: Historia
El ritual con sus diferentes pasos se explicaba como un rito cabalístico, la fantásticas figuras que simulaban grotesca apariciones, producía valentía a los integrantes del pueblo, que luego se incorporaban a la frenética danza bebiendo zumos de frutas fermentadas que ellos mismos fabricaban; al amanecer del día siguiente la representación de la muñeca era una figura con una cara tétrica, construida con una totuma seca a la cual se le hacia huecos de tal forma que simulaban los ojos, la nariz y la boca que le daba una cadavérica expresión. La ceremonia en torno a la muñeca de la calenda significaba por una parte las tragedias o males sufridos por los espíritus malignos y otros tipos de fenómenos que ésta contribuiría a ahuyentar. Para los indígenas era una Diosa a la cual se le debía rendir un homenaje para celebrar las fiestas del maíz, siendo una invitación a la satisfacción desmedida por la cosecha obtenida, comandada dicha fiesta por el Piache (el guía espiritual del pueblo).
En relación a la promoción cultural de la muñeca de la calenda tiene sus orígenes en San Lázaro y Santiago, en la Noche Buena una vez terminada la misa de aguinaldo. Sin embargo de acuerdo a lo expresado por los Valecillos (1992), la promoción cultural de la muñeca calenda se ha proyectado por toda la geografía Trujillana y fuera de ella, estado Mérida. Es por ello que para su difusión se aprende por parte de los docentes una serie de actividades las cuales según Perdomo (1999) se basan en:
- Organización de los Instrumentos: Pitos y tambores.
- Organización del grupo: El Piache, Indígenas, enanos, la muñeca.
- Ensayo del Baile: El Baile se inicia con cinco actores los cuales a través de movimientos, buscan simular un acto ritual, el Piache realiza sonidos guturales y saltos para dar la idea de estar en comunicación con los Dioses y espíritus. Luego que los enanos realizan figuras y saludan, la muñeca hace su entrada bailando libremente y siguiendo la figura de los enanos.
- Participación de la comunidad: Para la proyección y participación dinámica.
- Medios de Comunicación: Utilizados para la difusión y convocatoria al ritual.
- Pertinencia: Al asumirla y trasmitirla de generación en generación.
- Valores: Porque se obtienen experiencias valiosas de las costumbres de la región.
- Tradición: Porque significa hechos sociales.
- Continuidad: Para la pervivencia de la tradición.
Los Timoto-Cuicas
En el período prehispánico las tierras del actual estado Trujillo estaban pobladas por los Timotocuicas, de moderada importancia cultural en el continente. Los timoto-cuicas representaron los grupos indígenas del territorio venezolano que estaban relacionados con la cultura chibcha (los muiscas) de los Andes. Se localizaron en los estados de Mérida, Táchira y Trujillo, donde construyeron aldeas de piedra y barro.Estaban formados por distintas tribus: timotos, capachos, taribas, cuicas, guitas, chacopos, entre otros. Desarrollaron la agricultura de regadío en terrazas construidas en las áreas montañosas, donde cultivaron la papa, el cacao, el maíz, el tabaco y el ají. Domesticaron animales. Realizaron intercambios comerciales con mantas, alfileres, etc. Utilizaron como moneda las semillas de cacao. Usaron sistemas de riego y construían andenes (terrazas) para evitar la erosión. Conocían la cerámica ― fueron excelentes alfareros ― y elaboraron objetos de oro. También eran textileros.
Practicaron el comercio con otras comunidades indígenas, mediante el intercambio de sus artesanías por productos y frutos como el algodón y la sal.
De acuerdo con algunos estudios, se cree que los timotocuicas practicaron el trueque con los arahuacos y los caribes, al parecer, no sostuvieron grandes enfrentamientos pues, de haberlos tenido habría desaparecido la población de estas comunidades. Sin embargo, sí sometieron a otros pequeños pueblos, que comenzaron a depender de ellos, sobre todo en el campo lingüístico. El jefe de este pueblo indígena era el varón más anciano y con mayor experiencia en la agricultura. No eran guerreros, sin embargo, se protegían tirando piedras. Usaban veneno como armas de guerra y enterraban vivos a sus prisioneros. No existía diferenciación social marcada. Los sacerdotes tenían una cierta importancia dentro del pueblo. Antes del matrimonio, el novio debía residir en la casa de la novia. Existía entre ellos la división del trabajo.
Ver vídeo de grupo escolar presentando el baile de la calenda:
Fuentes:
Audios sobre:
Las Turas:
Pueblos Originarios TV:
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