El 12 de octubre de 2002 el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, decretó la no celebración del otrora Día de la Raza, y la instauración del Día de la Resistencia Indígena. (Decreto presidencial Nº 2028, publicado en la Gaceta Oficial extraordinaria Nº 5615, del 10 de octubre de 2002).
El reconocimiento de los pueblos indígenas de Venezuela está presente en la Constitución Nacional, existe una legislación que los arropa y un decreto presidencial que reivindica el 12 de octubre como el Día de la Resistencia Indígena, sin embargo, distintas voces consideran que debe profundizarse la labor de reconocimiento de los pueblos originarios y combatir la segregación.
En el programa de formación de la UTIEB-San Agustín, se trabaja con el proceso de Enseñanza-Apredizaje que hemos asumido como Jornadas de Reconocimiento a la Herencia Indígena, cada año escolar se desarrolla untema de trabajo entre octubre y noviembre, aunque se desarrolla durante todo el año escolar con la idea de mostrar el proceso que vivieron Docentes y estudiantes en una demostración final.
EL RECONOCIMIENTO PLENO
Gaceta Oficial N° 5.605 Extraordinario de fecha 10 de octubre de 2002. Decreto N° 2.028, 10 de octubre de 2002
Hugo Chávez Frías
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
De conformidad con lo dispuesto en el
numeral 24 del artículo 236, 107, 119, 126 y 226 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con lo dispuesto
en el artículo 47 de la Ley Orgánica de la Administración Pública,
Considerando
Que el Congreso de los Estados Unidos de
Venezuela mediante Acuerdo de 11 de mayo de 1921, acogió la iniciativa
del Ejecutivo Federal relativa a la declaración de fiesta nacional del
12 de octubre como “día de la Raza”, siguiendo la tradición de
celebrarlo como exaltación de la colonización, incorporándolo
posteriormente día festivo nacional a partir de la Ley de Fiestas Nacionales de 11 de junio de 1921, derogada por la Ley de Fiestas Nacionales de 17 de junio de 1971,
Considerando
Que el concepto de raza, basada en una
serie de rasgos físicos hereditarios, no da cuenta de la diversidad
genética de la especie humana, a pesar de que muchos científicos
sociales insisten en emplear el concepto de raza como base de una
tipología de las poblaciones humanas, por tanto, es innegable que este
concepto surge como una de las categorías básicas de las relaciones de
dominación propias del sistema colonial que se instaura en América a
partir de la presencia europea,
Considerando
Que a pesar de haber sido superado en
América el colonialismo como sistema político formal a partir del
triunfo de las guerras de independencia del siglo XVIII, las estructuras
sociales a lo interno y externo de nuestras sociedades está aun
constituido sobre criterios originados en la relación colonial, entre
los que destaca el considerar la “cultura e historia universal” como
sinónimo de los valores culturales e historia de la sociedad dominante,
Considerando
Que a partir de la conmemoración del V
Centenario (1492-1992); del Decenio de los Pueblos Indígenas declarado
por la Organización de las Naciones Unidas (1994-2004); la definición
constitucional de país multiétnico y pluricultural así como el
reconocimiento de los Derechos históricos de los primeros venezolanos
(Constitución de 1999); el proceso de incorporación simbólica de
Guaicaipuro al Panteón Nacional (2001-2004); la firma del Convenio 169
de la Organización Internacional del Trabajo (2001); el
reconocimiento de los idiomas indígenas (2002); y el Acuerdo de la
Asamblea Nacional de unirse al Día Internacional de los Pueblos
Indígenas del Mundo (2002); nuestros pueblos retoman su historia local,
regional, nacional y continental en todo su milenarismo indígena y los
cincos siglos recientes, con los profundos cambios, rupturas parciales y
continuidades, en su unidad y diversidad.
Considerando
Que la diversidad cultural y étnica
presente en todos los pueblos antes y después del origen de Venezuela,
es hoy un hecho irrefutable y forma parte de nuestra herencia histórica,
como garantía para el mutuo enriquecimiento cultural y la comunicación
humana, en los valores de paz con justicia,
Considerando
Que la importancia de la historia como
eje cohesionador de la vida social de una nación, fuente de referencia
en valores y de la visión propia como pueblo, hace impostergable e
ineludible para el proceso de Refundación de la República como una
Nación pluriétnica y pluricultural, superar los prejuicios coloniales y
eurocéntricos que subsisten en el estudio y enseñanza de la historia y
la geografía,
Considerando
Que las tendencias mundiales y organismos
internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), vienen revalorizando el
estudio de la geografía, historia, cultura e identidad regional y local a
solicitud de los mismos pueblos como parte vital e indiscutible de las
instancias nacionales, sub-regionales y continentales para afrontar sin
exclusiones el proceso de globalización, en el marco del diálogo de
civilizaciones,
Considerando
Que los pueblos Indígenas del mundo y
particularmente los de América, han dado y seguirán dando sus aportes
irremplazables en la configuración de una rica sociodiversidad, y que
deben ser reconocidos plenamente como patrimonio de la humanidad para
‘restablecer un nuevo equilibrio del universo como lo soñó el Libertador
Simón Bolívar en su lucha independentista.
Decreta
Artículo 1°.
Conmemorar el 12 de octubre de cada año
“Día de la Resistencia Indígena”, destinado a reconocer nuestra
autoafirmación americanista por la unidad y diversidad cultural y
humana, reivindicando tanto a los pueblos indígenas de América como los
aportes de los pueblos y las culturas africanas, asiáticas y europeas en
la conformación de nuestra nacionalidad, en el espíritu del diálogo de
civilizaciones, la paz y la justicia.
Artículo 2°.
Incorporar en el calendario oficial y escolar el 12 de octubre como “Día de la
Resistencia Indígena” conforme a lo
acordado en el presente Decreto, e iniciar la revisión de los textos
escolares sobre Geografía e Historia Nacional, de América y Universal.
Artículo 3°.
Exhortar a la Academia Venezolana de la
Lengua para que realice un estudio pormenorizado sobre el Diccionario de
la Real Academia Española, a los fines de proponer a esa Institución,
la revisión de aquellas palabras que pudieran ser atentatorias contra la
dignidad de nuestros pueblos, así como la incorporación de una serie de
americanismos, indigenismos, africanismos y demás manifestaciones de
nuestro universo sociocultural, aún no incorporados.
Artículo 4°.
Promover ante la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la
actualización tanto de la geografía e historia de América como la
universal, en las enciclopedias americanas y universales, a fin de
incorporar tos aportes de los pueblos indígenas, afroamericanos y
criollos, con la participación activa de éstos, desde la perspectiva
multilineal, pluridimensional e interdisciplinaria, con el propósito de
liberar a los textos de investigación y educación, de racismos,
eurocentrismos, etnocentrismos locales, patrialcalismos y
discriminaciones de cualquier orden.
Artículo 5°.
Solicitar a la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), una
revisión actualizada de un verdadero calendario universal de naturaleza
intercultural, con el concurso de todas las civilizaciones y
sociedades, sin detrimento de los calendarios correspondientes a cada
pueblo, hemisferio, región o subregión del planeta.
Artículo 6°.
Las Ministros del Interior y Justicia; de
Relaciones Exteriores; de Educación Superior; de Educación, Cultura y
Deportes; del Ambiente y de los Recursos Naturales; y, de Comunicación e
Información, quedan encargados de la ejecución del presente Decreto.
Dado en Caracas, a los diez días del mes de octubre de dos mil dos. Años 192° de la Independencia y 143° de la Federación.
Ejecútese (L.S.)
Hugo Chávez Frías
Refrendado:
Pachamama. Dibujo, 2012
EL Abya Yala
Abya Yala es el nombre dado al continente americano por el pueblo Kuna de Panamá y Colombia antes de la llegada de Cristóbal Colón y los europeos. Literalmente significaría tierra en plena madurez o tierra de sangre vital.
Abya Yala es el nombre dado al continente americano por el pueblo Kuna de Panamá y Colombia antes de la llegada de Cristóbal Colón y los europeos. Literalmente significaría tierra en plena madurez o tierra de sangre vital.1
Hoy en día, diferentes organizaciones, comunidades e instituciones indígenas y representantes de ellas de todo el continente prefieren su uso para referirse al territorio continental, en vez del término "América".
El uso de este nombre es asumido como una posición ideológica por quienes lo usan, argumentando que el nombre "América" o la expresión "Nuevo Mundo" serían propias de los colonizadores europeos y no de los pueblos originarios del continente.
Uso del término
El líder del pueblo Aymara, Takir Mamani, defiende el uso del término "Abya Yala" en las declaraciones oficiales de los organismos de gobierno de los pueblos indígenas, declarando que "colocar nombres foráneos a nuestras villas, ciudades y continentes es equivalente a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros invasores y sus herederos". Luego, el uso del término "Abya Yala" en lugar de "Nuevo Mundo" o "América" podría tener implicaciones ideológicas indicando apoyo a los derechos de los pueblos originarios.
ABYA YALA, el verdadero nombre de este Continente.
Documental de Carlos Azpúrua. Venezuela 1978-1996
Esta denominación es dada al continente americano por el pueblo Kuna, desde antes de la llegada de los europeos. Este pueblo es originario de la serranía del Darien, al norte de Colombia. Y que hoy en día habita la región al sur de Panamá y el norte de Colombia. A los Kuna de la región Colombiana se les conoce como Kuna-Tule.
La cultura kuna sostiene que ha habido cuatro etapas históricas en la tierra, y a cada etapa corresponde un nombre distinto de la tierra conocida mucho después como América: Kualagum Yala, Tagargun Yala, Tinya Yala, Abia Yala. El último nombre significa: territorio salvado, preferido, querido por Paba y Nana, y en sentido extenso también puede significar tierra madura, tierra de sangre”. Así esta tierra se llama “Abia Yala”, que se compone de “Abe”, que quiere decir “sangre”, y “Ala”, que es como un espacio, un territorio, que viene de la Madre Grande.
Es así como hoy en día, diferentes organizaciones, comunidades e instituciones indígenas y representantes de ellas de todo el continente, han adoptado su uso para referirse al territorio continental, en vez del término “América”. Es por esto que el nombre de ABYA YALA es utilizado en sus documentos y declaraciones orales. Como símbolo de identidad y de respeto por la tierra que habitamos.
Enrique Dussel (Dussel, 1993) ya nos había advertido que el denominado "descubrimiento de América" fue, en verdad, el encubrimiento de los pueblos que aquí habitaban. ABYA YALA es, así, el verdadero descubrimiento de América.
La cultura kuna sostiene que ha habido cuatro etapas históricas en la tierra, y a cada etapa corresponde un nombre distinto de la tierra conocida mucho después como América: Kualagum Yala, Tagargun Yala, Tinya Yala, Abia Yala. El último nombre significa: territorio salvado, preferido, querido por Paba y Nana, y en sentido extenso también puede significar tierra madura, tierra de sangre”. Así esta tierra se llama “Abia Yala”, que se compone de “Abe”, que quiere decir “sangre”, y “Ala”, que es como un espacio, un territorio, que viene de la Madre Grande.
Es así como hoy en día, diferentes organizaciones, comunidades e instituciones indígenas y representantes de ellas de todo el continente, han adoptado su uso para referirse al territorio continental, en vez del término “América”. Es por esto que el nombre de ABYA YALA es utilizado en sus documentos y declaraciones orales. Como símbolo de identidad y de respeto por la tierra que habitamos.
Enrique Dussel (Dussel, 1993) ya nos había advertido que el denominado "descubrimiento de América" fue, en verdad, el encubrimiento de los pueblos que aquí habitaban. ABYA YALA es, así, el verdadero descubrimiento de América.
Manifiesto por el Día de la Resistencia Indígena, El Salvador, 2017
En la lengua del pueblo Kuna, ABYA YALA significa "tierra madura", "tierra viva" o "tierra en florecimiento" y es sinónimo de América. El pueblo Kuna es originario de Sierra Nevada, en el norte de Colombia, habitó la región del Golfo de Urabá y las montañas de Darien, y actualmente vive en la costa caribeña de Panamá, en la Comarca de Kuna Yala (San Blas). ABYA YALA se viene usando como una autodesignación de los pueblos originarios del continente en contraposición a América, expresión que, aunque usada por primera vez en 1507 por el cosmólogo Martin Wakdseemüller, sólo se consagra desde fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX como un medio de las élites criollas para afirmarse en contraposición a los conquistadores europeos dentro del proceso de independencia. Aunque los diferentes pueblos originarios que habitan el continente atribuyeran nombres propios a las regiones que ocupaban ‑Tawantinsuyu, Anauhuac, Pindorama‑, la expresión ABYA YALA es cada vez más usada por los pueblos originarios del continente objetivando la construcción de un sentimiento de unidad y pertenencia. Pese a que algunos intelectuales, como el sociólogo catalán‑boliviano Xavier Albó, ya habían utilizado la expresión ABYA YALA en contraposición a la designación consagrada de América, la primera vez que la expresión fue explícitamente usada con ese sentido político fue en la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de ABYA YALA, realizada en Quito en 2004. Nótese que en la I Cumbre, realizada en México en el año 2000, la expresión ABYA YALA aún no era invocada, como se puede leer en la Declaración de Teotihuacán, cuando se presentan como "los Pueblos Indígenas de América reafirmamos nuestros principios de espiritualidad comunitaria y el inalienable derecho a la Autodeterminación como Pueblos Originarios de este continente". A partir de 2007, sin embargo, en la III Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de ABYA YALA, realizada en Iximche, Guatemala, no sólo se autoconvocan como ABYA YALA, sino que también resuelven constituir una Coordinación Continental de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas de ABYA YALA "como espacio permanente de enlace e intercambio, donde converjan experiencias y propuestas, para que juntos enfrentemos las políticas de globalización neoliberal y luchar por la liberación definitiva de nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua y de todo patrimonio natural para vivir bien". Poco a poco, en los diferentes encuentros del movimiento de los pueblos originarios, el nombre América va siendo sustituido por ABYA YALA, indicando así no apenas otro nombre, sino también la presencia de otro sujeto enunciador del discurso, hasta aquí callado y subalternizado en términos políticos: los pueblos originarios.
La idea de un nombre propio que abarcara todo el continente se impuso a esos diferentes pueblos y nacionalidades cuando comenzaron a superar el largo proceso de aislamiento político a que se vieron sometidos tras la invasión de sus territorios en 1492, con la llegada de los europeos. Junto con ABYA YALA hay todo un nuevo léxico político que también se viene construyendo, donde la propia expresión "pueblos originarios" gana sentido. Esa expresión afirmativa fue la que esos pueblos en lucha encontraron para autodesignarse y superar la generalización eurocéntrica de "pueblos indígenas". A fin de cuentas, antes de la llegada de los invasores europeos, en el continente había una población estimada de entre 57 y 90 millones de habitantes que se distinguían como maya, kuna, chibcha, mixteca, zapoteca, ashuar, huaraoni, guarani, tupinikin, kaiapó, aymara, ashaninka, kaxinawa, tikuna, terena, quéchua, karajás, krenak, araucano/mapuche, yanomami, xavante, entre tantos y tantas nacionalidades y pueblos originarios del continente. La expresión "indígena" es, en ese sentido, una de las mayores violencias simbólicas cometidas contra los pueblos originarios de ABYA YALA en la medida en que es una designación que hace referencia a las Indias, o sea, a la región buscada por los negociantes europeos a fines del siglo XV. La expresión "indígena" ignora, así, que esos otros pueblos tenían sus propios nombres y su propia designación para sus territorios. Paradójicamente, la expresión "pueblos indígenas", en la misma medida en que ignora la diferencia específica de esos pueblos, contribuyó a unificarlos no sólo desde el punto de vista de los conquistadores/invasores, sino también como una designación que, en principio, servirá para constituir la unidad política de esos pueblos por sí mismos, cuando comienzan a percibir la historia común de humillación, opresión y explotación de su población y la dilapidación y devastación de sus recursos naturales.
ABYA YALA se configura, por lo tanto, como parte de un proceso de construcción político‑identitario en el que las prácticas discursivas cumplen un papel relevante de descolonización del pensamiento, y que ha caracterizado al nuevo ciclo del movimiento "indígena" cada vez más como un movimiento de los pueblos originarios. La comprensión de la riqueza de los pueblos que viven aquí hace miles de años y del papel que tuvieron y tienen en la constitución del sistema‑mundo ha alimentado la construcción de ese proceso político‑identitario.
La idea de un nombre propio que abarcara todo el continente se impuso a esos diferentes pueblos y nacionalidades cuando comenzaron a superar el largo proceso de aislamiento político a que se vieron sometidos tras la invasión de sus territorios en 1492, con la llegada de los europeos. Junto con ABYA YALA hay todo un nuevo léxico político que también se viene construyendo, donde la propia expresión "pueblos originarios" gana sentido. Esa expresión afirmativa fue la que esos pueblos en lucha encontraron para autodesignarse y superar la generalización eurocéntrica de "pueblos indígenas". A fin de cuentas, antes de la llegada de los invasores europeos, en el continente había una población estimada de entre 57 y 90 millones de habitantes que se distinguían como maya, kuna, chibcha, mixteca, zapoteca, ashuar, huaraoni, guarani, tupinikin, kaiapó, aymara, ashaninka, kaxinawa, tikuna, terena, quéchua, karajás, krenak, araucano/mapuche, yanomami, xavante, entre tantos y tantas nacionalidades y pueblos originarios del continente. La expresión "indígena" es, en ese sentido, una de las mayores violencias simbólicas cometidas contra los pueblos originarios de ABYA YALA en la medida en que es una designación que hace referencia a las Indias, o sea, a la región buscada por los negociantes europeos a fines del siglo XV. La expresión "indígena" ignora, así, que esos otros pueblos tenían sus propios nombres y su propia designación para sus territorios. Paradójicamente, la expresión "pueblos indígenas", en la misma medida en que ignora la diferencia específica de esos pueblos, contribuyó a unificarlos no sólo desde el punto de vista de los conquistadores/invasores, sino también como una designación que, en principio, servirá para constituir la unidad política de esos pueblos por sí mismos, cuando comienzan a percibir la historia común de humillación, opresión y explotación de su población y la dilapidación y devastación de sus recursos naturales.
ABYA YALA se configura, por lo tanto, como parte de un proceso de construcción político‑identitario en el que las prácticas discursivas cumplen un papel relevante de descolonización del pensamiento, y que ha caracterizado al nuevo ciclo del movimiento "indígena" cada vez más como un movimiento de los pueblos originarios. La comprensión de la riqueza de los pueblos que viven aquí hace miles de años y del papel que tuvieron y tienen en la constitución del sistema‑mundo ha alimentado la construcción de ese proceso político‑identitario.
Fotografía Luis Duarte. Serie Indigenas de Narváez. Caracas, 2007
Considérese, por ejemplo, que hasta la invasión de ABYA YALA (América) Europa detentaba un papel marginal en los grandes circuitos mercantiles, que tenían en Constantinopla uno de sus lugares centrales. La toma de esa ciudad por los turcos, en 1453, propició la búsqueda de caminos alternativos, sobre todo por parte de los grandes negociantes genoveses, que encontraron apoyo político entre las monarquías ibéricas y en la Iglesia Católica Romana. Desde entonces, circuitos mercantiles relativamente independientes en el mundo pasan a estar integrados e incluso se constituye el circuito Atlántico con la incorporación del Tawantinsuyu (región hoy ocupada por Perú, Ecuador y Bolivia, principalmente), del Anahuac (hoy México y Guatemala, principalmente), de las tierras guaraníes (envolviendo parte de Argentina, Paraguay, sur de Brasil y Bolivia, principalmente) y Pindorama (nombre con que los tupí designaban a Brasil). El carácter periférico y marginal de Europa era tal que la expresión "orientarse" (ir hacia el oriente) indicaba la relevancia de Oriente en la época. Así, es con la incorporación de los pueblos de ABYA YALA y con su sometimiento político, junto con el tráfico y la esclavización de los negros africanos traídos a este continente, que se crea la oportunidad para la centralidad de Europa. En resumen, el surgimiento del sistema mundo moderno se da junto con la construcción de la colonialidad. Se trata, por lo tanto, de un sistema mundo moderno‑colonial. Y ese carácter contradictorio inscrito en el sistema mundo moderno, que busca olvidar su carácter también colonial, es lo que los pueblos originarios de ABYA YALA vienen buscando explicitar en la lucha "por la liberación definitiva de nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra, del territorio, del agua y de todo patrimonio natural para vivir bien".
Fotografía Emilio Guzmán. Amazonas, 2011
De este modo, la descolonización del pensamiento se vuelve central para los pueblos originarios de ABYA YALA. Como bien señaló Luis Macas, de la Coordinadora de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), "nuestra lucha es epistémica y política", donde cumple un papel fundamental el poder de designar lo que es el mundo. Varios intelectuales vinculados a las luchas de los pueblos de ABYA YALA han señalado el carácter etnocéntrico inscrito en las propias instituciones, incluso en el Estado Territorial, cuyo eje estructurante está en la propiedad privada y cuyo fundamento se encuentra en el Derecho Romano. A pesar de su origen regional europeo, los fundamentos del Estado Territorial, incluso la idea de espacios mutuamente excluyentes, como la propiedad privada, han sido impuestos al resto del mundo como si fueran universales, ignorando las diferentes formas de apropiación de los recursos naturales que predominaban en las mayores partes del mundo, casi siempre comunitarias y no mutuamente excluyentes. En América Latina, el fin del colonialismo no significó el fin de la colonialidad, como afirmó el sociólogo peruano Aníbal Quijano, explicitando el carácter colonial de las instituciones que sobrevivieron tras la independencia y que ilumina la declaración de Evo Morales Ayma al asumir la presidencia de la República de Bolivia, en 2006, cuando afirmó que era "preciso descolonizar el Estado". Para que no se piense que se trata de una afirmación abstracta, debe recordarse que los concursos de oposición para funcionarios públicos en ese país eran realizados exclusivamente en lengua española, cuando aproximadamente el 62 por ciento de la población piensa en quechua, aymara y guaraní, las lenguas que hablan predominantemente en su vida cotidiana. En países como Guatemala, Bolivia, Perú, México, Ecuador y Paraguay, así como en ciertas regiones de Chile (en el sur, donde viven aproximadamente un millón de araucanos/mapuches), de Argentina (el Chaco norteño) y de la Amazonia (brasileña, colombiana y venezolana), el carácter colonial del Estado se hace presente con todo su peso. El "colonialismo interno", expresión consagrada por Pablo González Casanova, se muestra actual, en tanto historia de larga duración actualizada. No es raro que esas regiones sean objeto de programas de desarrollo, casi siempre para (des)arrollar, de modernización, casi siempre de colonización (de hecho, esas expresiones casi siempre son sinónimos).
La elección del nombre ABYA YALA por los kuna recupera la lucha por la afirmación de sus territorios, de la que ellos fueron pioneros con su revolución de 1925, consagrada en 1930 en el derecho de autonomía de la Comarca de Kuna Yala, con sus 320.600 hectáreas de tierras, más las aguas vecinas del archipiélago de San Blas. La lucha por el territorio se configura como una de las más relevantes en el nuevo ciclo de luchas del movimiento de los pueblos originarios que se delinea a partir de los años '80 del siglo pasado (Myskitos en Nicaragua) y que logra su mayor expresión en los años '90 y a comienzos del nuevo siglo, revelando cambios profundos tanto del punto de vista epistémico como político.
De este modo, la descolonización del pensamiento se vuelve central para los pueblos originarios de ABYA YALA. Como bien señaló Luis Macas, de la Coordinadora de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), "nuestra lucha es epistémica y política", donde cumple un papel fundamental el poder de designar lo que es el mundo. Varios intelectuales vinculados a las luchas de los pueblos de ABYA YALA han señalado el carácter etnocéntrico inscrito en las propias instituciones, incluso en el Estado Territorial, cuyo eje estructurante está en la propiedad privada y cuyo fundamento se encuentra en el Derecho Romano. A pesar de su origen regional europeo, los fundamentos del Estado Territorial, incluso la idea de espacios mutuamente excluyentes, como la propiedad privada, han sido impuestos al resto del mundo como si fueran universales, ignorando las diferentes formas de apropiación de los recursos naturales que predominaban en las mayores partes del mundo, casi siempre comunitarias y no mutuamente excluyentes. En América Latina, el fin del colonialismo no significó el fin de la colonialidad, como afirmó el sociólogo peruano Aníbal Quijano, explicitando el carácter colonial de las instituciones que sobrevivieron tras la independencia y que ilumina la declaración de Evo Morales Ayma al asumir la presidencia de la República de Bolivia, en 2006, cuando afirmó que era "preciso descolonizar el Estado". Para que no se piense que se trata de una afirmación abstracta, debe recordarse que los concursos de oposición para funcionarios públicos en ese país eran realizados exclusivamente en lengua española, cuando aproximadamente el 62 por ciento de la población piensa en quechua, aymara y guaraní, las lenguas que hablan predominantemente en su vida cotidiana. En países como Guatemala, Bolivia, Perú, México, Ecuador y Paraguay, así como en ciertas regiones de Chile (en el sur, donde viven aproximadamente un millón de araucanos/mapuches), de Argentina (el Chaco norteño) y de la Amazonia (brasileña, colombiana y venezolana), el carácter colonial del Estado se hace presente con todo su peso. El "colonialismo interno", expresión consagrada por Pablo González Casanova, se muestra actual, en tanto historia de larga duración actualizada. No es raro que esas regiones sean objeto de programas de desarrollo, casi siempre para (des)arrollar, de modernización, casi siempre de colonización (de hecho, esas expresiones casi siempre son sinónimos).
La elección del nombre ABYA YALA por los kuna recupera la lucha por la afirmación de sus territorios, de la que ellos fueron pioneros con su revolución de 1925, consagrada en 1930 en el derecho de autonomía de la Comarca de Kuna Yala, con sus 320.600 hectáreas de tierras, más las aguas vecinas del archipiélago de San Blas. La lucha por el territorio se configura como una de las más relevantes en el nuevo ciclo de luchas del movimiento de los pueblos originarios que se delinea a partir de los años '80 del siglo pasado (Myskitos en Nicaragua) y que logra su mayor expresión en los años '90 y a comienzos del nuevo siglo, revelando cambios profundos tanto del punto de vista epistémico como político.
El Consejo de Indias de España
es tambien una fuente del Derecho Internacional Indiano, toda vez que aqui
existieron un conjunto de normas juridicas que fueron aplicadas o no durante
la dominacion española en America. El estudio de la documentacion
sobre las leyes de India rebelan una actitud protectora por parte de los
reyes de España hacia los indigenas de la epoca, como las que veremos
a continuacion:
• Los indigenas eran vasallos del Rey y, al igual que los españoles, debian pagar un tributo a la Corona con el fruto de su propio trabajo
• Nadie puede tomar a los indigenas como esclavos
• Los Encomenderos deben amparar, evangelizar y defender a los indigenas.
• Los Indigenas no deben servir a los Encomenderos para su servicio personal (7)
Fotografía Luis Duarte. Dorila. Pueblo Wayúu. Caracas, 2011
Materiales Didacticos usados en este Plan de Formación
GUIA DIDACTICA DE LA HERENCIA INDÍGENAGuía Didáctica de la Herencia Indígena. Material para el trabajo de los docentes de San Agustín con los niños, ñiñas y jóvenes .
Pueblo wotjuja Hombres de Paz
Pueblo wotjuja publicación pequeña. material, material didáctico que se usó en la exposición con este mismo nombre Los Wötjuja. Hombres de Paz. en San Agustín para la UTIEB
Herencia Indigena 2008-2009
Material de trabajo para el desarrollo del PEIC, en lo referente a las Jornadas de Reconocimeinto de la Herencia Indigena. Año Escolar 2008-2009
Wotjuja. Señores de la Selva
Material sobre el pueblo indígena venezolano, escrito por la antopóloga y arqueóloga Lelia Delgado, con fotografías de Emilio Guzmán y Luis Duarte
Pueblo Warao
Material para uso de los docentes sobre el pueblo indígena Warao. Jornadas de Reconocimiento de la Herencia Indígena. Año Escolar 2011-2012. Caracas-Venezuela, octubre-noviembre, 2011
Los Wotjuja. Pueblo de Paz
Material didáctico sobre el pueblo Wotjuja para uso de los estudiantes y docentes de la parroquia San Agustín. Jornadas de Reconocimiento de la Herencia Indígena. año Escolar 2010-2011
Herencia Indigena. apuntes para la reflexión
Material para uso de los docentes y la comunidad con la idea de crear una reflexión sobre la forma de educar en torno a nuestros pueblos indígenas.
Amorua desplazados
Material de trabajo para los docentes y estudiantes de Educación Media, elaborado por el equipo de UTIEB San Agustín para las Jornadas de la Herencia Indígena que se adelantó en el año escolar 2011-2012. El pueblo amorua es un pueblo despalzado desde la hermana República de Colombia y hace vida entre los pueblos indígenas venezolanos.
PEIC 2010-2011
Programa de trabajo para las escuelas de la parroquia San Angustín, en la formación parroquial desarrollado por la UTIEB-San Agustín.
Algunas Fuentes Usadas:
https://www.aporrea.org/actualidad/n216083.html@RNV_Indigena
https://notiindigena.wordpress.com/2014/10/12/venezuela-decreto-dia-de-la-resistencia-indigena/
http://prensalibrepueblosoriginarios.blogspot.com/2012/07/1-de-agosto-dia-de-la-pachamama.html
https://notiindigena.wordpress.com/
http://redulam.org/bolivia/iv-seminario-de-integracion-de-america-latina-aya-yala-en-bolivia/
http://huacanapichoquecota.blogspot.com/2014/09/el-abya-yala.html
http://www.mapuche.info/mapuint/pueblos030217.html
http://luisduartefotos.blogspot.com/2009/04/luis-duarte-fotos.html
http://luisduartefotos.blogspot.com/2012/02/tornkan-dai.html
Foto de Emilio Guzmán. Archivo Fotografico Proyecto Ciudad Compartida.
Notas:________________________________________
1 https://es.wikipedia.org/wiki/Abya_Yala#cite_note-1
7. Las Leyes de India. Citycall.com.ar/historia/paso 1/
_________________
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