miércoles, 26 de octubre de 2011

Estrategias didácticas para el trabajo de la Herencia Indígena

Para el docente del 4º al 6º grado:

1.- Lee el siguiente poema y comentalo con tus alunmos:

"Los pemones de la Gran Sabana llaman al rocío Chirike-yeetakuú
que significa Saliva de las Estrellas.
A las lágrimas Enú-parupué
que quiere decir Guarapo de los Ojos.
Al corazón Yewán-enapué,
Semilla del Vientre.

Los waraos del Delta del Orinoco dicen Mejo-koji
el "Sol del Pecho" para nombrar el Alma.
Para decir amigo dicen Ma-jo karaisa,
"Mi otro corazón"
Y para decir olvidar, dicen: Emonikitane,
que quiere decir "Perdonar".
Los muy tontos no saben lo que dicen.

Para decir Tierra dicen Madre.
Para decir Madre dicen Ternura.
Para decir Ternura dicen Entrega.
Tienen tal confusión de sentimientos
que con toda razón las buenas personas que somos
los llamamos Salvajes."

Gustavo Pereira

¿qué haz descubierto en el poema?

¿ómo son los sentimintos expresados?

¿tienen algo que ver con tú visión cotidiana?



2.- Haz la Lectura: "Nuestro Origen" (mito de fundación) del libro Narraciones Warao (Copia del material que se dejó en la Sede de la UTIEB:



NUESTRO ORIGEN

En tiempos muy remotos, los warao no vivíamos en esta tierra. Aquí no había ningún warao. Nuestros antepasados vivían sobre las nubes.

Allá arriba, sobre las nubes, vivían dos wisidatu muy buenos y de mucha fama. Y cuando se dirigían el uno al otro se decían ma warotu.

Al amanecer, cada día, uno de ellos iba a la casa del otro. Así hacían todos los días. Se visitaban para contarse los sueños que habían tenido.

Una mañana uno de ellos fue a visitar a su amigo. Después de saludarse, comenzaron a hablar de los sueños que habían tenido esa noche. Uno de ellos dijo así:

¡Ah!, ¡ma warotu! ¿Qué es lo que has observado en tus sueños?

¡Ah!, ¡ma warotu! En el mundo de mis sueños he visto que debajo de nosotros hay otro mundo, igualito a éste en el que vivimos. Debajo de nosotros hay otro mundo. Sin duda que existe otro mundo debajo de nosotros.

Estaban en esta conversación cuando de repente vino un pájaro, un cristofué, y se posó en las ramas de una palma de manaca. Al verlo, uno de los wisidatu le dijo al otro:

Ma warotu, yo sé que tu tienes muy buena puntería cuando disparas con el arco y la flecha. Yo sé que siempre dan en el blanco.

Eso es cierto, ma warotu. Es verdad que tengo buena puntería.

Entonces dispara con el arco y la flecha y echa abajo ese pájaro.
El amigo le respondió:

Voy a intentar flechar ese pájaro. Si tengo suerte lo echaré abajo. Mira mi flecha y mi arco.

Tomó el arco y lo tensó. Luego cogió la flecha y, apuntando al pájaro, disparó con el arco. La flecha pasó rozando las plumas del pájaro, siguió hacia arriba y luego cayó al suelo.

Entonces, el wisidatu mandó a su yerno a recoger la flecha. El yerno buscó la flecha. Buscó por todas partes, pero no la encontró. El dueño de la flecha se lamentó diciendo:

¡Ah!, ¡ma warotu!, he perdido mi flecha.

Entre ellos estaba viviendo una mujer que tenía un conuco sembrado con yuca amarga. Ese día la mujer fue al conuco con sus hijos. Estos, andando por el conuco, encontraron una flecha hundida en el suelo y, sin tocarla, se dirigieron a donde estaba su mamá para comunicárselo.

La mujer corrió a decírselo a la esposa del wisidatu, quien, a su vez, se levantó y fue a donde estaba su esposo y le dijo así:

Ya apareció la flecha que se te había perdido.

Cuando los wisidatu oyeron esto salieron en busca de la flecha extraviada. Ya en el conuco, vieron que estaba hundida totalmente en el suelo. Intentaron recogerla, pero se hundió más. Entonces, sin tocarla, empezaron a cavar a su alrededor. Cavaron tanto que la flecha quedó en medio de un gran hueco.

Cuando tocaban la flecha, se hundía en la tierra. Cavaron nuevamente a su alrededor. Medio la tocaban y la flecha seguía hundiéndose. Siguieron cavando, medio la tocaban y la flecha se hundía más y más. Se fue hundiendo, se fue hundiendo, hasta que, por fin, se perdió.

En el lugar donde se hundió quedó un boquete. Los wisidatu se asomaron y, a través de él, vieron esta tierra. La tierra donde los warao vivimos ahora.

¡Ah! ¡ma warotu!, dijo uno de los wisidatu, eso es exactamente lo que vi en mis sueños. Es muy cierto que debajo de nosotros hay otro mundo. Resultó ser exactamente como lo soñé. ¿Qué podremos hacer para bajar a esa nueva tierra que hemos descubierto accidentalmente?

Entre ellos estaba viviendo una mujer que ya era suegra. Su nombre era Anatida. Su hija se llamaba Anakatai. Los wisidatu pidieron a la mujer que, con la fibra de moriche, preparara una cabuyera bien larga para bajar por ella hasta la tierra. También mandaron a los yernos a buscar bastantes bejucos para que los amarraran unos a otros hasta que llegaran a la tierra descuebierta.

Al terminar de preparar las cabuyeras y los bejucos, introdujeron todo a través del hueco. Fueron bajando las cabuyeras; fueron bajando y bajando. Ellos seguían mirando, desde arriba, hasta que la punta de las cabuyeras llegó a tocar esta tierra. Entonces los wisidatu dijeron a su gente:

Nuestros yernos bajarán primero. Ellos irán allá para preparar todo. Explorarán la tierra y harán nuestras casas.

Y dirigiéndose a los yernos les hablaron así:

Cuando ustedes estén de regreso oiremos las cosas que nos cuenten. Y según el resultado de la exploración y de su trabajo decidiremos si bajamos o no a esa tierra.

Uno de los yernos se levantó y habló con los cuñados menores para pedirles que lo acompañaran. Una vez puestos de acuerdo, se prepararon para explorar la tierra que acababan de descubrir. Cuando los yernos tuvieron todo listo, hablaron con los suegros. Dijeron así:

Hoy vamos a bajar. Hoy nos vamos. Mañana permaneceremos abajo y pasado mañana estaremos de regreso nuevamente.

Se deslizaron por las cuerdas hasta esta tierra. Al llegar, vieron mucha comida y muy variada: había báquiros, yuruma, morrocoyes, pavas, paujíes y toda clase de comida. Era tan abundante que no hacía falta buscarla. Estaba a la vista y al alcance de la mano. Comieron de la comida que encontraron e hicieron muchas casas.

Al tercer día, antes de regresar, sacaron yuruma para los suegros. Como ran espíritus la sacaron muy rápidamente. Emprendieron el viaje de regreso hacia arriba. Al llegar, los suegros se levantaron para recibirlos y los invitaron a descansar.

En ese tiempo llamaban hijos a los yernos. Estos descansaron un poco y después empezaron a contar los que habían visto y hecho en el viaje de exploración.

Nosotros hemos visto la nueva tierra. Allá hay comida muy variada y en mucha cantidad. Aquí pasamos hambre. Allá estaremos mejor. Nunca pasaremos hambre porque se consigue toda clase de comida.

Al escuchar la historia de esta exploración, exclamaron todos al unísono:
Si de verdad es como ustedes dicen, bajaremos todos a esa nueva tierra. Primeramente irán los yernos para tomar posesión de esa tierra. Después bajaremos todos los warao.

Los wisidatu también dijeron lo mismo que su gente:

Es verdad que aquí pasamos mucha hambre. Pero, si es cierto que allá hay comida en abundancia, bajaremos; así no volveremos a pasar hambre.

Los yernos dijeron:

Nosotros bajaremos a esa tierra antes que ustedes. Bajaremos y haremos las casas y los caminos antes de que ustedes bajen. Vamos a tener todo listo para cuando ustedes lleguen.

Bajaron los yernos y empezaron a trabajar. Encontraron mucha comida. Comieron e hicieron muchas casa. Al terminar, sacaron yuruma para llevársela a los de arriba.

Regresaron y les entregaron la yuruma a los suegros. Estos, al ver tanta yuruma y tan buena, se contentaron mucho y dijeron:

Está bien, hijos. Bajaremos a esa tierra. ¿Ya terminaron de hacer todas las casas?

Si, están listas todas las casas.

Muy bien. Dentro de cinco días bajaremos.

Ese mismo día los yernos bajaron de nuevo a la tierra porque sus mujeres se habían quedado abajo. Al llegar, dijeron a sus esposas:

Los papás de ustedes dijeron que dentro de cinco días bajarían todos.

Amaneció el primer día, amaneció el segundo día, amaneció el tercer día, amaneció el cuarto día, amaneció el quinto día, fecha en la cual debían bajar los suegros con el resto de la gente.

Ese día, cuando el sol estaba saliendo, vieron que venían bajando dos hijos de uno de los wisidatu. Llegaron a la casa de uno de los cuñados. Al entrar preguntaron a la hermana:

¿Dónde está nuestro cuñado?

Está en el monte sacando yuruma.

Los hermanos fueron al lugar donde estaba el cuñado.

Cuñado, hemos venido por orden de nuestro padre. El te manda a decir que envíes a nuestras sobrinas con nosotros. El quiere que ayuden a cargar los corotos de nuestro padre el día de la bajada a esta tierra.

Por mi parte no hay inconveniente en que vayan. Pero díganselo a la mamá de mis hijas. Ella es la que debe decidir si van o no con ustedes.

Los dos jóvenes regresaron a la casa de su hermana y le dijeron:

Hermana mayor, nuestro padre dice que mandes con nosotros a tus hijas, para que le ayuden a cargar los corotos el día de la bajada a esta tierra.

La hermana les respondió:

Nuestro padre no quiere bajar a esta tierra. Por eso no voy a mandar a mis hijas con ustedes. Mi padre llama a mis hijas para dejarlas allá. Yo sé que es así. Allá arriba no hay comida. No quiero que mis hijas pasen más hambre. Díganle a nuestro padre que no voy a permitir que mis hijas regresen arriba.

Después de escuchar esto, los dos jóvenes se apartaron hacia un lado y comenzaron a hablarse al oído. Recordaron lo que les había dicho su padre “si su hermana se niega, hagan como mejor les parezca”. Y uno de ellos le dijo al otro: Me voy a convertir en la enfermedad de la locura y voy a tomar posesión de una de mis sobrinas. Tu te convertirás en fiebre y tomarás posesión del cuerpo de la otra sobrina.

El mayor se convirtió en la muerte por locura y el menor se convirtió en l muerte por fiebre. El mayor tomó posesión de una de las muchachas y ésta se puso loca. De repente cayó al suelo y desapareció. El que se convirtió en fiebre se apoderó de la otra. Le dio una fiebre muy alta, cayó al suelo y desapareció.

Cuando el padre de las muchachas regresó del monte, su esposa le contó lo que había sucedido:

Nuestras hijas desaparecieron de repente. Una se puso loca y a la otra le dio fiebre.

El esposo la escuchó, pero no dijo ni una sola palabra. Se quedó callado, pero decidió regresar arriba. Durante dos días sacó yuruma para llevársela a los de arriba. Cuando llegó encontró que sus hijas estaban con su suegro.

Este suceso fue el principio de la muerte en este mundo. Esta fue la primera muerte que se produjo entre los warao después de bajar a esta tierra.

Cuando el suegro vio al yerno delante de él le dijo:
De verdad que yo no pensé bien la orden que les di. Ellos hicieron exactamente lo que yo les ordené.

Es verdad que nosotros trajimos a tus dos hijas a escondidas. Pero, a pesar de esto, dentro de un día bajaremos todos a esa tierra. Preparen muchos bejucos y amarren unos a otros hasta que lleguen a la tierra.

Entre la gente de allá arriba había una mujer embarazada que vivía en la última casa de la ranchería. El viejo suegro dijo así:

En la última casa de nuestra ranchería hay una mujer embarazada. Ella será la última en bajar. Nosotros seremos los primeros.

Llegó el día en que los warao debían bajar a esta tierra. Los yernos, los hijos y las esposas estaban todos en fila, preparándose para bajar. Pero los ancianos suegros todavía no se habían colocado en la fila. Entre la gente que estaba en la fila se encontraba la mujer embarazada que, según la orden de los suegros, sería la última en bajar. Pero, como había muchos warao, nadie se dio cuenta de su presencia. Nadie la vio.

Y comenzaron a bajar. Bajó mucha gente. Por fin le llegó el turno a la mujer. Intentó introducirse por el boquete, pero se quedó atascada a causa de su preñez. Arriba quedaba la mitad de la gente. Los ancianos suegros, los wisidatu, todavía no habían bajado. Cuando los warao vieron que la mujer se había quedado atascada en el hueco, pisaron y pisaron encima de ella con el fin de hacerla pasar. Se decían: “si pisamos duro conseguiremos que pase por el boquete”. Y pisaron muy duro, pero no lograron que pasara por el hueco. Pisaron tanto y tan duro que a la mujer se le salió el ano y se convirtió en el lucero de la mañana.

Así es como se originó esta estrella. Por eso, cuando la ven, los warao dicen que es el ano de la mujer embarazada que no pudo bajar a esta tierra.
Los wisidatu todavía no habían bajado. Cuando quisieron hacerlo, vieron que la mujer embarazada les impedía el paso. No pudieron bajar. Los que se quedaron arriba hicieron todo lo posible por recoger a todos los que habían bajado, y los de abajo hicieron también todo lo posible para bajar a los que habían quedado arriba. Los de arriba echaron lazos para intentar llevarse a los que habían logrado bajar. Y los de aquí hicieron lo mismo para bajar a los de arriba. Los de arriba lanzaban un lazo, agarraban a alguno de los de aquí y se lo llevaban. Lo enlazaban y desaparecía.

Los dos wisidatu eran los dueños de la vida y de la muerte, por eso los de aquí querían traerlos a la tierra, pero no lo lograron. Los de arriba sí enlazaron a mucha gente de aquí y la llevaron hacia arriba. Los de aquí sólo consiguieron enlazar a unos pocos.

Esto fue el principio de la muerte en esta tierra. Por eso, cuando se muere un warao, la gente dice que los de arriba lo enlazaron y se lo llevaron.






Tomado de:
Bernarda Escalante y Liberado Moralera
Narraciones WARAO
Fundación La Salle de Naturales
Caracas, 1992


3.- Luego de la lectura reflexiona sobre estas preguntas que exponemos a continuación:

¿qué visión tienen los pueblos indígenas venezolanos del mundo? (por ahora la visión de los warao)

¿se parece a la visión que tu manejas? ¿cuáles serían las diferencias entre las de ellos y la tuya?

¿Cuáles mitos conoces de los pueblos indígenas venezolanos?

¿Sabes cuentos son nuestros pueblos indígenas en Venezuela?

¿Conoces sus espacios geo-diversos?

¿qué hacer con frecuencia para concer sobre los puebos indígenas venezolanos?

Averigua en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cuáles derechos les fueron reconocidos a los pueblos indígenas.

¿Cómo percibes a los pueblos indígenas de nuestro país? Haz una mesa de discuasión en clase sobre esta pregunta con los estudiantes.

¿Cuántas palabras conoces de origen indígena que usas regularmente? ¿Sabes a cual familia lingüística pertenecen las palabras que tienen origen de nuestros pueblos indígenas?

¿sabes que es una familia lingüítica?

¿Tienes algunas características o alguien conocido, que te relacionen con los pueblos indígenas?

¿Tú o algún familiar tuyo es descendiente de algun pueblo indígena?

¿Qué conoces sobre ese pueblo de donde eres descendiente?

Qué te haría acercarte a los pueblos indigenas de nuestro país _____________________

De los pueblos indígenas venezolanos que asumirías como valores que te agraden de ellos ________________________________

Conoce sobre:
Pueblo Amorua. Desplazado


Muchas comunidades hasta los años setenta habían logrado sobrevivir a los complejos procesos de colonización conservando su unidad e integridad social. A partir de entonces los grupos indígenas han tenido que enfrentar nuevos retos ente los que se incluyen los auges extractivos, explotaciones del subsuelo, colonizaciones ganaderas y coqueras. En particular, la explotación petrolera iniciada en los años cincuenta, generó procesos de ocupación afianzados por la apertura de trochas que facilitaron la penetración al Llano. Este tipo de explotación tuvo éxito especialmente en la zona de piedemonte donde generó profundos cambios sociales que han determinado la escasa presencia indígena en el territorio.

 Revisa y baja la publicación digital en:
http://issuu.com/utiebsanagustin/docs/ind_genas__amorua



En este blog puedes conseguir información sobre algunas estrategías didácticas para el estudio y conociemnto de nuestros hermanos indígenas.

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Fundación Museos Nacionales/ Galería de Arte Nacional

Material bibliográfico y audiovisual referente a la herencia indígena

1. Catálogos, desplegables y libros (ubicación: Centro Nacional de Investigación de las Artes Plásticas CINAP)
• El arte Prehispánico en Venezuela (libro)
Cota: 708.98771/GAN/2000/Nro. 331ª
• ¡Juega y descubre¡ El arte Prehispánico en Venezuela (desplegable)
Cota: 708.98771/GAN/2000-2001/Nro. 331j
• La huella Prehispánica. Sociedad y cotidianidad en la región andina (desplegable) Cota: 708.98771/GAN/2005/Nro. 364
• La huella Prehispánica. Formas, líneas y colores del noroeste de Venezuela (desplegable) Cota: 70898771/GAN/2005-2006/Nro. 372
• Fuego y arcilla. Hacedores de formas (desplegable)
Cota: 70898771/GAN/2006/Nro. 375
• El arte Prehispánico en Venezuela (libro)
Cota: 7898771/GAN/1999/Nro. 331
• Arte Prehispánico en el Valle de Quibor (Catálogo)
Cota: 70898771/GAN/1983/Nro. 113
• La pintura rupestre en Venezuela (catálogo)
70898771/GAN/1992/236
• Pretroglifos del Guri (desplegable)
Cota: 70898771/GAN/1996/Nro. 280
• Amuletos y talismanes en los cacicazgos antiguos de Venezuela(Catálogo)
Cota: 70898771/GAN/1989/198
• Nosotros los que llegamos ayer (Catálogo)
Cota: 70898771/GAN/1977/Nro. 84

2. Videos (ubicación: CINAP)
• Pemón gente/ Nro.133 (22 min)
• Oko Warao/ Nro. 133 (22 min)
• El arte prehispánico en Venezuela (10 videos)/ Nro. 183-187
• Formas del inicio/ Nro. 227
• Los aborígenes de Venezuela, Los Jivi./ Nro. 231 (40 min)
• Manifestaciones estéticas de sociedades Prehispánicas / Nro. 234
• Iniciación de un Chamán/ Nro. 260
• Las artes de fuego. La cerámica/ Nro. 125 (18 min)

3. Videos en la exposición Arte Venezolano de todos los tiempos, capítulo I Pueblos Originarios (estos videos se proyectan consecutivamente a lo largo del día en la sala)
Serie Somos/ Villa del Cine/2005
• Panare/ 51 min
• Yekuana/ 44 min
• Yanomami/ 48 min
• Piaróa/ 51 min
• Warao/ 44 min
• Pumé/ 48 min
• Wayúu/ 47 min


Fundación Museos Nacionales/ Museo de Bellas Artes

Material bibliográfico y herográfico

1. Catálogos, desplegables y libros (ubicación: Biblioteca-MBA)
• Barandiaran, Daniel: Introducción a la cosmovisión de los indios Yekuanas-Maquiritare. Caracas: UCAB, 1979.Cota: 299.78 B255
• Exposición Amazonas. Caracas. MBA, 1978. Cota: S/C
• Exposición Arte Indígena de Venezuela (1983: Caracas). Catálogo de la Exposición. Caracas: Fundación Eugenio Mendoza.   Cota: C704.0398 E96
• García, Enza. La cosmovisión Wayúu a través de los textiles. Caracas: Fundación Eduardo Frías.  Cota: 970.3 G213
• Orinoco-Parima: comunidad indígena al sur de Venezuela. La colección Cisneros. Caracas: Fundación Cisneros, 1990. Cota: C704.0398 O69
• La Orinoquia. Caracas: Arte, 19? Cota: 770.987 Or71
• Sanoja Obediente, Mario. La huella asiática en el doblamiento de Venezuela. Caracas: Lagoven, 1992.
Cota: 305.897 Sa228