miércoles, 30 de abril de 2014

Lectura para la reflexión


Eduardo Galeano


Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.
No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los críos. Los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar. Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales). ¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables!

Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó tirar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores. Y nuestras hermanas y novias se las arreglaban como podían con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad.

¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por donde se entra. Lo más probable es que lo de ahora está bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plástica de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!


Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida. ¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después! La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas y escupideras de loza. Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.

¡Nos están fastidiando!¡¡ Yo los descubrí. Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.


¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommiers casa por casa?
¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?


Todo se tira, todo se desecha y mientras tanto producimos más y más basura. El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad. El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!!¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de.......... años! Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII). No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan. Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban.

De por ahí vengo yo. Y no es que haya sido mejor. Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo' pasarse al 'compre y tire que ya se viene el modelo nuevo'.

Mi cabeza no resiste tanto. Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real. Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo).

Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.

Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos....

¡¡Como guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡Guardábamos las chapitas de los refrescos! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela.


¡Tooodo guardábamos!


Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus. Y las cosas que nunca usaríamos. Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón. Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar. Tubitos de plástico sin la tinta, tubitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón.
Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave.

¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín. 

Las cosas no eran desechables. Eran guardables.


¡¡Los diarios!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver!!. ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne! Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los cuentagotas de los remedios por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos. Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posa-mates y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué  intención, y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna,  con la inscripción a mano en una sota de espada que decía  'este es un 4 de bastos'. 

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de  palillos de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.


Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada. Ni a Walt Disney.

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas.

Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. Ah ¡No lo voy a hacer!

Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas.


Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer.


No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour. Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva.


Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la bruja me gane de mano y sea yo el entregado....




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La Parranda de San Pedro













"La Parranda de San Pedro es una diversión popular de gran colorido que, en homenaje a tal Santo, se practica en las poblaciones mirandinas de Guarenas y Guatire, el 29 de junio de cada año. Consiste en una representación dramática, ... donde el escenario está representado por cualquiera calle de las ya mencionadas poblaciones del Estado Miranda, donde todo allí constituye la decoración propia del teatro en el cual actúan los sampedreños, y el público espectador lo representan los hombres, mujeres y niños que alegremente aplauden y ríen ... los gracejos y contrastes de los personajes que danzan; de las humoradas, ironías, sátiras y sarcasmos que expresan en sus versificaciones los cantores del conjunto musical.

Los protagonistas que constituyen tal grupo están representados por el Abanderado, San Pedro, el Cargador, María Ignacia, los Tucusitos, los Sampedreños Danzantes, La Diabla, el Sampedreñito, y los Músicos-Cantores." (1) 

Abanderado

 Cargador

  Cargador

  Coticeros

 María Ignacia

 Tucusitos

Músicos-Cantores. 
Foto: Aaron Sosa. Proyecto Ciudad Compartida

 
En la mañana del 29 de junio, se dice en la iglesia una misa solemne en homenaje a San Pedro Apóstol, cuya imagen es conducida al mencionado recinto sagrado desde la casa de algún promesero donde estuvo reposando durante el año. En tal ocasión, los Sampedreños asisten a la ceremonia religiosa trajeados de levita y pumpá y, al compás de la música, dan principio a la danza en el altozano del templo. Luego se dirigen a la jefatura con el objeto de solicitar el permiso correspondiente del Jefe Civil. De aquí marchan directamente a la Casa Parroquial y luego salen a visitar los hogares del vecindario y de sus propios parientes..." (2)

"Los Sampedreños hacen el recorrido hasta por lo más apartados rincones de la ciudad cantando coplas laudatorias y danzando, desde la mañana hasta las primeras horas de la noche, y en muchas casas se les obsequia bebidas y dinero en efectivo. Finalmente, se dirigen a una casa donde con antelación se le ha preparado al grupo un suculento plato de comida criolla que se conoce con el nombre de tropezón." (3)

Cada grupo -los sanjuaneros y los sampedreños- entona sus cantos a un mismo tiempo, mientras las imágenes se saludan; concluido esto, lo hacen por separado. Al terminar el acto, cada parranda se dispersa por sitios diferentes para continuar el recorrido, hasta al atardecer." (4)

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(1) Luis Arturo Domínguez. Fiestas Tradicionales en el Estado Miranda. Los Teques: Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos, 1990. (Col. Guaicaipuro; 6). p. 139
(2) Ibìdem. pp. 145-146
(3) Ibìdem. p. 160
(4) Adrián Camacho García. "Dos manifestaciones de la cultura afro-venezolana". En: Revista Bigott. Caracas, 1985, No. 7, pp. 10-11

Tomado de: 
Lic. Carlos García Carbó. Director Ejecutivo de Programas y Proyectos de FUNDEF
Fundación de Etnomusicología y Folklore
FUNDEF Webmaster http://fundef.ivic.ve
Edumedia http://www.edumedia.org.ve 

Fuente de imágenes:
http://www.patriagrande.com.ve/temas/cultura/parranda-san-pedro-sera-postulada-ante-unesco-como-patrimonio-humanidad/
http://www.ciudadccs.info/?p=497289
http://anielloac.wordpress.com/2010/06/28/parranda-de-san-pedro/
http://blipoint.com/forum/general_1/fiestas-y-manifestaciones-culturales-festivals-and-cultural-events_259.html
http://aaronsosa.photoshelter.com/image/I0000.KniV4Akf_g
http://www.miranda.gov.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=1597:parranda-de-san-pedro-hara-sentir-la-furia-de-sus-cotizas&catid=10:noticias
http://www.esacademic.com/pictures/eswiki/80/Parranda_de_San_Pedro.jpg



 En la parroquia San Agustín la escuela que representa a La Parranda de San Pedro: Manuel Fombona Pachano.




























Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la “Parranda de San Pedro”

 
  La “Parranda de San Pedro” representa una de las manifestaciones culturales populares vinculadas a la identidad de los pueblos de origen africano, celebrada en los pueblos de Guatire y Guarenas, estado Miranda (norte), cada 29 de junio, día de San Pedro.
La fiesta recuerda a María Ignacia, esclava de una hacienda mirandina que padecía los efectos de una enfermedad que le provocaba fiebre y dolor, en cuyo vientre se formaba vida y aunque sus compañeros y amigos, también esclavos, preparaban brebajes y le pedían a los santos por su sanación, María Ignacia no mejoraba.

La historia relata que, en un momento de lucidez, la esclava encendió una vela a la imagen reconocida como San Pedro y con fe pidió por su salvación, con la promesa de que todos los 29 de junio ella le agradecería el milagro con lo mejor que sabía hacer: bailar.
Ya recuperada, María Ignacia cumplió su promesa, buscó entre sus ropas el mejor vestido, tejió sus cabellos largos y tomó en brazos a su pequeña hija, nacida del milagro. Sus hijos mayores le acompañaron, al igual que sus compañeros y familiares, bajo el ritmo de las maracas y el cuatro.

Tiempo después, María Ignacia fallece y es su marido quien se viste de mujer y mantiene viva aquella promesa, que se mantiene a través de los siglos XIX y XX hasta la actualidad.
"Algunos señalan su origen en Guarenas, otros en Guatire, pero no olvidemos que fueron un conjunto de haciendas donde la los esclavos negros estaban presentes”, recordó Irady.

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco, por su sigla en inglés) declaró este jueves como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la “Parranda de San Pedro”, una tradición popular y religiosa que durante años es celebrada en los pueblos de Guarenas y Guatire, en el estado Miranda (norte) en Venezuela.

La decisión fue anunciada desde Bakú, capital de Azerbaiyán, donde el Comité Intergubernamental de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de la Unesco examinó más de 31 candidaturas, presentadas por 46 países.

Desde Bakú, el presidente del Centro de Diversidad Cultural de Venezuela, Benito Irady, manifestó sentirse muy emocionado y destacó que “estamos viviendo un momento grandioso para la historia de la patria” venezolana.
De esta manera, la “Parranda de San Pedro” se une a los “Diablos Danzantes de Corpus Cristi”, que también fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, en el año 2012.

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Fuente: http://www.telesurtv.net/articulos/2013/12/05/parranda-de-san-pedro-declarada-patrimonio-inmaterial-de-la-unesco-2747.html 








La historia

 
Cuenta la historia que durante la Colonia, en el valle de Santa Cruz de Pacairigua, sitio donde se concentraban las principales haciendas de caña del eje poblacional Guarenas- Guatire, a una esclava de nombre María Ignacia se le enferma gravemente su hija, Rosa Ignacia. Agotados los recursos para sanarla a través de la ayudade curanderos de la zona, la madre desesperada invoca los favores de San Pedro Apóstol, a quien ofrece la promesa de cantar y bailar por las calles todos los años en su día si sana a su hija. Cumplido el milagro, María Ignacia también cumple con lo prometido, cantando y bailando todos los 29 de junio como testimonio de agradecimiento por el favor concedido.  

Por gozar María Ignacia del cariño de su comunidad, no faltó solidaridad en el pago de su promesa. De modo que, los hombres vestidos con levitas y pantalones negros, así como sombreros pumpá (atavíos desechados por sus amos), además de alpargatas de cuero y pañuelos amarillos y rojos que identificaban los dos partidos políticos del momento (Liberales y Conservadores), acompañaban a María Ignacia con Rosa Ignacia en brazos, ya sana, a cantar y bailar en las calles, al ritmo del cuatro y las maracas, improvisando estrofas de protesta contra el maltrato recibido por sus patronos y colocándose en los pies un pedazo de cuero más grande que las alpargatas, parazapatear más fuerte y manifestar el repudio a la esclavitud, pisoteando a sus patronos con esos pedazos de cuero llamados cotizas.

Cuando María Ignacia muere, su fiel marido se viste de mujer y la sustituye para continuar con la promesa ofrecida a San Pedro, incorporando luego, durante la Guerra Federal, a dos niños vestidos con los colores amarillo y rojo entrecruzados y una banderita en sus manos, a quienes llamaron Tucusitos (forma como se denomina popularmente a los colibríes en Venezuela), en representación de la ingenuidad durante la niñez y la unión de los dos partidos políticos en la Parranda. A la muerte de la principal protagonista de esta historia, la Parranda queda integrada únicamente por hombres. Es por ello, que hoy la manifestación cuenta con un hombre vestido de mujer, quien lleva una falda muy larga de colores y el abdomen abultado, simulando un embarazo, quien representa a María Ignacia, y éste, a su vez, lleva en brazos una muñeca de trapo, en sustitución de la niña sanada, Rosa Ignacia. La parranda también consta del abanderado, encargado de indicar la ruta a seguir; el cargador del Santo patrón; los mencionados Tucusitos; los parranderos, un ilimitado número de hombres vestidos con levita, pantalón, pumpá, alpargatas y pintados sus rostros de color negro fuerte, en representación de los negros esclavos, así como los coticeros, parranderos que llevan las cotizas en sus pies y que bailan al armonioso ritmo de los cuatros y las maracas. 

Conservar la esencia que identifica esta manifestación tradicional, así como proyectarla con la mayor seriedad a fin de que su origen no se desvirtúe, ha sido asumido como misión por el Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco de Guatire (CEA), junto con la Fundación Parranda de San Pedro de Guarenas y la Fundación Parranda de San Pedro del 23 de enero. Los orígenes del CEA se remontan a 1959 y a un grupo de estudiantes del grupo escolar Elías Calixto Pompa (luego liceo Dr. Ramón Alfonzo Blanco, también desaparecido) fundadores del Orfeón Régulo Rico. Con el tiempo, sus necesidades culturales aumentan y amplían sus derroteros vocales para incluir el de la ejecución de instrumentos musicales y el baile, hasta que surge esta institución representada en el catálogo discográfico VenezuelaDemo. Entre muchos otros aspectos, el CEA investiga y preserva la tradicional Parranda de San Pedro de Guatire, además de haber creado la Parranda de San Pedro Infantil, integrada por niños menores de 14 años, así como la Escuela de la Parranda de San Pedro,  encargada de formar a los sampedreños y nuevas generaciones que participarán cada 29 de junio, en esta tradición. La Parranda de San Pedro de Guatire es Patrimonio Cultural del estado Miranda y del municipio Zamora y forma parte de la Red de Patrimonios Culturales del estado Miranda.

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Fuente: http://www.venezuelademo.com/musicos/artistas/parranda-san-pedro-guatire-del-cea.pdf






Sobre la Parranda de San Pedro

La tradicional festividad que se celebra en honor a San Pedro Apóstol el 29 de junio en Guarenas y Guatire, estado Miranda, se desarrolla al son de una animada melodía. Ésta es entonada por los sampedreños, con participación del colectivo presente, para sacar la imagen del Santo de la iglesia, durante el recorrido por las calles del pueblo y en las casas de promeseros y devotos.

El discurso musical de la manifestación se estructura sobre cuartetas, que el cantor solista fracciona en frases musicales de dos versos y que son inmediatamente repetidos por un coro multitudinario. La tonada, en modo mayor, es respaldada armónicamente por el acompañamiento de cuatros, que junto con las maracas definen una clara métrica de 6x8. El ciclo musical se cierra cuando el cantor advierte: “Y se me ponen de frente / que ya los voy a llamar / en esta vuelta y la otra / voy a cambiar la toná”, copla que remata con un altisonante estribillo.
(In f o r m a ció n  bio g r á fic a s u minis t r a d a p o r e l cea. In f o r m a ció n e s p e cia liz a d a s u minis t r a d a p o r Ca r l o s Ga r c í a Ca r b ó)

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Fuente: http://www.venezuelademo.com/musicos/artistas/parranda-san-pedro-guatire-del-cea.pdf
In f o r m a cI





Escuela Nacional Bolivariana Manuel Fombona Pachano. Residencias Jardín Botánico. La Charneca, ha realizado esta manifestación popular tradicional sobre La Parranda de San Pedro de Guatire, durante los sangueos por el día de la Afrovenezolanidad y como parte de las Jornadas de Reconocimiento de la Herencia Africana en la parroquia San Agustín. Fotografías: Luis Duarte. Archivo: Proyecto Ciudad Compartida



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viernes, 11 de abril de 2014

Sobre la Parranda de San Pedro. Taller para docentes



El pasado viernes 4 de abril de 2014 en las instalaciones del Museo de la Arquitectura, se llevó a cabo el Taller sobre La Parranda de San Pedro para los docentes de las escuelas de la parroquia San Angustín y de otras parroquias de Caracas. Esta festividad fue proclamada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO el 5 de diciembre de 2013.



Los compañeros de Guatire compartieron con los docentes: la historia, vestuarios, el canto, el bailes y la música de esta tradición parrandera sanpedriana que data de la época colonial, aunque otros consideran que nació a mediados del del siglo XIX, cuando la lucha política entre Conservadores (que se identificaban con el color rojo) y los Liberales (que se identificaban con el color amarillo). Si es cierta esta última tesis, la Parranda debe haber surgido como una manera de ridiculizar a los dos bandos contendientes. Aunque en Guarenas los colores son azul y rojo.

Esta tradición autóctona y religiosa se ha mantenido gracias a la voluntad de los cultores, representados en Guarenas por Norberto Blanco y Antonio Núñez, quienes por más de un siglo cantaron y bailaron en las casas y las calles del pueblo, improvisando sus versos y dándole gracias al Santo Patrón. Antonio Núñez, antes de morir entregó la parranda a su hijo, Pablo Núñez, quien actualmente promete continuar con la tradición. En Guatire, donde existen al menos siete agrupaciones dedicadas al fomento de esta expresión folklórica, siendo las principales el Centro de Educación Artística "Andrés Eloy Blanco" y la Parranda de San Pedro del 23 de Enero, la tradición fue impulsada desde principios del siglo XX por Justo "Pico" Tovar, Celestino Alzur; y luego por Angel Plaza y Manuel Angel Rosas.

La Parranda de San Pedro se realiza cada 29 de junio en Guarenas y Guatire, estado Miranda, donde coloridas comparsas de músicos, bailarines y trovadores conmemoran el milagro sanador que ese santo le hizo a la esclava María Ignacia. La leyenda,cuenta que  hubo una esclava llamada María Ignacia que tenía una hija, Rosa Ignacia (representada por la muñeca de trapo). Ésta enfermó de gravedad y su madre le pidió a San Pedro que la curara. Que si lo hacía ella le prometía bailar y cantar todos los años en su fecha (29 de junio). La niña se curó y María Ignacia, acompañada por sus otros dos hijos, esposo y amigos comenzaron la tradición devocional a San Pedro. Pocos años después, al morir María Ignacia, su marido le prometió continuar pagando la promesa. Para eso se vestiría como ella. Así ha llegado la festividad hasta la actualidad.

Algunas de las estrofas que se cantan los parranderos durante la celebración de esta tradición:

Buenas tardes, doy señores,
Buenas tardes, vengo a dar.
La Parranda de San Pedro,
Que les vengo aquí a cantar.

Baila, Baila, María Ignacia
Como tu sabes bailar
Baila, Baila, María Ignacia
Como tu sabes bailar

Un pasito, para`lante Y
otro paso para`atrás ,
Un pasito, para`lante Y
otro paso para`atrás

Y se me ponen de frente
Porque los voy a llamar,
Y se me ponen de frente
Porque los voy a llamar.

En esta vuelta y la otra,
Voy a cambiar de toná.
En esta vuelta y la otra,
Voy a cambiar de toná

Guachi, guachi
pasó por aquí,
Guachi, guachi,
Pasó por aquí.
Con una pequeña tinaja de anís

Lala Lara larala Lailai larai larai Lara Lara lalala lalara lalara lalara Lara rarala Lalala lalara lalara Lara rarala Gue!

Dos cosas tiene Guatire,
Que no las tiene otro pueblo.
Dos cosas tiene Guatire,
Que no las tiene otro pueblo

La rica conserva e`cidra,
Y la parranda de San Pedro
La rica conserva e`cidra,
Y la parranda de San Pedro

Baila baila tucucito como tu lo sabe´ hacer,
baila baila tucucito como tu lo sabe´ hacer
moviendo bien las banderas pal´ derecho y al revés,
moviendo bien las banderas pal´ derecho y al revés,

Y se me ponen de frente porque los voy a llamar
en esta vuelta y la otra voy a cambiar la toná,
y se me ponen de frente porque los voy a llamar
en esta vuelta y la otra voy a cambiar la toná,

Pegale pedro, pegale juan,
Pegale pedro, pegale juan,
Pasa`pá dentro que tá en el zaguan,
vuélvelo polvo sin compasión.

Lala Lara larala
Lailai larai larai Lara
Lara lalala lalara lalara lalara Lara rarala
Lalala lalara lalara Lara rarala Gue!

El San Pedro de mi tierra
es un santo milagroso
juega chapa con los negros
y descubre a los tramposos"

Baila, baila coticero,
Como tu lo sabes hacer.
Baila, baila coticero,
Como tu lo sabes hacer

Que si se rompe la cotiza,
Yo lo vuelvo a componer.

Que si se rompe la cotiza,
Yo lo vuelvo a componer
Y se me ponen de frente,
Porque lo voy a llamar.

Y se me ponen de frente,
Porque lo voy a llamar
En esta vuelta y la otra,
Voy a cambiar la toná.

En esta vuelta y la otra,
Voy a cambiar la toná
Pégale Pedro, pégale Juan,
Pégale Pedro, pégale Juan,

Lala Lara larala
Lailai larai larai Lara
Lara lalala lalara lalara lalara Lara rarala
Lalala lalara lalara Lara rarala Gue!

La Charla: Parranda de San Pedro

  

La bienvenida a cargo de Paicosa

 
 
  

 

 El Canto: todos acompañen

 





El baile: ensayo con los docentes

 


  

 

 

Elementos en la Parranda de San Pedro

Consiste en unos parranderos, vestidos con levita y pumpá (uno de ellos lleva la imagen del santo, otro lleva una bandera amarilla y roja) y acompañados por Cuatro y Maracas. La percusión se logra con unos pedazos de cuero de animal amarrados a los pies a manera de sandalias (llamadas cotizas). También van acompañados por dos niños impúberes, vestidos con un traje rojo y amarillo (parecido a los arlequines), que se conocen como "tucusitos".

 
Sombrero de María Ignacia

Cotiza

 
Ropaje  de sanpedreño

 Apargatas y pumpá(sombrero de copa)

 
 Muñaca de trapo (Rosa Ignacia) y ropaje de María Ignacia

 San Pedro y ropaje de María Ignacia

Rosendo vestido de María Ignacia
El personaje más llamativo es un hombre vestido de mujer que carga una muñeca de trapo. Este personaje se llama "María Ignacia" y la muñeca "Rosa Ignacia". Los dos tucusitos hacen las veces de sus otros dos hijos. Todos llevan la cara pintada de negro con betún o lo que ellos llaman "negro humo".

 
Cotizas  (cumplian la función del tambor prohibido para la época)

 Imagen del San Pedro, santo homenajeado
 Rosa Ignacia(muñeca de trapo que la representa)

 Docente con la vestimenta de María Ignacia


 Indumentarias de uso en la parranda


Cuenta la historia, el Cantón de Guarenas (cuyos dos principales núcleos 
poblados eran Guarenas y Guatire) donde se encontraba la Hacienda “San Pedro”, 
los esclavos y esclavas daban lo mejor de sí para ver prosperar y crecer la caña 
de azúcar. Estos trabajadores de la tierra impulsaron el culto al santo, que 
trascendería generaciones y se convertiría en toda una tradición impregnada de 
milagros por doquier. 

Fuentes: 
http://es.wikipedia.org/wiki/Parranda_de_San_Pedro
http://www.eluniversal.com/arte-y-entretenimiento/cultura/131205/la-parranda-de-san-pedro-es-patrimonio-inmaterial

Fotografías: Luis Duarte. Archivos Proyecto Ciudad Compartida 


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